Sin embargo, algunos vemos no sin cierta desconfianza, que una acción de la comunidad internacional sin que esta sea acompañada de una correspondiente estrategia opositora clara en Venezuela, en lugar de ayudar, más bien podría agravar la situación de vida de los venezolanos.
Una salida de Venezuela del sistema interamericano será beneficiosa para la lucha por la libertad en tanto y en cuanto no se espere que el régimen graciosamente nos “conceda” unas elecciones libres sino que esta acción se convierta en una condición necesaria para desalojar al régimen del poder. Sin embargo, siendo una condición necesaria no es suficiente. Veamos.
Si la oposición oficial cree -y así se lo está vendiendo al país- que la suspensión de Venezuela de la OEA obligará al régimen a ir a elecciones, pueden esperar los más de 50 años sentados que aun esperan los cubanos después de la expulsión de Cuba de la Organización en 1962. El régimen se radicalizará y someterá a la población a la aceleración de su Plan de la Patria castrocomunista. Esa sería su “Bahía de Cochinos” exitosa.
Ahora bien, si esa suspensión se traduce en el país en la generación de una actitud de rebeldía ciudadana de una población que se siente apoyada por una comunidad internacional dispuesta a ayudarnos a atravesar lo que sea necesario para lograr que el pueblo manifieste su decisión soberana de decidir su destino, entonces esa decisión de la OEA tendrá un resultado positivo. Pero eso pasa por una oposición de calidad que este en capacidad de conducir ese proceso. ¿Es eso lo que tenemos?
Los eventos internacionales indefectiblemente apuntan hacia la suspensión de Venezuela de la OEA y la subsecuente radicalización del régimen. No solo no será posible una salida electoral sino la declaración definitiva de la dictadura castrocomunista de Maduro y sus cómplices, quienes al no tener para donde correr lo harán hacia delante. En lo personal siempre he sido de la idea de que para estar colgando lo mejor es caer.
La actual aplicación del modelo comunista cubano por cuotas, que incluye ahora la expropiación de pequeños comerciantes como las panaderías y la regulación por asfixia de los colegios privados, es la siguiente fase de la destrucción comunista. No solo ya están aplicando el racionamiento de la comida con el mecanismo perverso de los CLAP, que está enriqueciendo escandalosamente la nomenclatura del régimen, sino que pronto vendrán otras formas de intervención en la vida de las personas como ocurrió en la Europa del Este comunista.
No quiero que se malinterprete esta nota. La comunidad internacional está haciendo lo que tiene que hacer al tomar las medidas necesarias para aislar y poner al descubierto un régimen violador de libertades y derechos humanos, eso hay que reconocerlo. Para eso los países establecieron normativas claras como la Carta Democrática Interamericana, siendo el proceso inobjetable. Y si no pasaba ahora pasaría mas tarde. La intervención del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, ha resultado ser más efectiva que toda la oposición oficial junta. Ya los países de la región no pueden ni deben seguir ignorando lo que nos está pasando, ni eludiendo esa realidad.
Lo que pasa es que esa realidad nos alcanzó con una dirigencia opositora oficial que no quería que eso ocurriera porque les interesaba más convivir con el régimen que salir de él. Por eso le dieron la espalda al primer informe del Secretario General de la OEA y se fueron corriendo a la Republica Dominicana a negociar con Maduro.
La oposición oficial podrá estar de acuerdo con la suspensión de Venezuela de la OEA, por los motivos electoralistas que ya han anunciado (ver Julio Borges en http://runrun.es/nacional/301062/borges-impulsamos-la-carta-democratica-porque-es-un-mecanismo-que-ayudara-a-rescatar-el-voto-en-venezuela.html), a sabiendas de lo que hará (o dejará de hacer) el régimen.
Pero nosotros lo estaremos por otras razones de mucho más fondo: ese tendrá que ser un poderoso motivo adicional para profundizar nuestra lucha representada por la convocatoria del Poder Originario de la mano de la población.
Al acelerar el régimen su modelo castrocomunista con su permanente excusa “anti imperialista” de un “ataque” al país de la “derecha internacional” representada en la OEA, con la ayuda de “traidores a la patria” en Venezuela, el colaboracionismo de la MUD nos pedirá que nos aguantemos para una salida electoral imposible en esta dictadura, como fue su plan original después del fracaso del revocatorio. Utilizaran como argumento la Resolución que salga de la OEA solicitando al régimen una solución electoral inmediata. De esta manera la Organización será la excusa para la siguiente espera, aun cuando el organismo internacional solicite una convocatoria a elecciones generales en 30 días, que sabemos tanto como ellos que el régimen rechazará abiertamente.
Con una oposición oficial en conchupancia y negociando elecciones con el régimen, y este último en un plan de radicalización, la solución actual de la crisis política estará en manos de los venezolanos, no quedará de otra.
Es por eso que debemos generar un movimiento que encausadamente logre a través de una dirigencia opositora responsable en cada lugar de Venezuela entrar en lo que repetidamente he denominado una insurrección civil constitucional (ver Insurrección Civil Constitucional enhttp://ticsddhh.blogspot.com/2017/02/insurreccion-civil-constitucional.html) que convoque al Poder Originario a una Asamblea Nacional Constituyente. Lamentablemente esto se tendrá que hacer en un escenario radicalizado por el régimen y ralentizado por la oposición oficial a consecuencia de la aplicación de la Carta Democrática de la OEA. Lo esperamos. Y si ese es el desenlace que nos toca, la historia nos ha enseñado que la libertad tiene un costo que algunos si estamos dispuestos a pagar…
Caracas, 23 de Marzo de 2017
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