Los 34 países de la Organización de Estados Americanos (OEA) sostienen este martes un debate sobre la crisis que atraviesa Venezuela, que Caracas califica de injerencia por parte de una facción minoritaria y del secretario general, Luis Almagro, reseña AFP.
Un grupo de 14 países inyectó presión la semana pasada cuando urgió en una declaración conjunta a Venezuela a liberar los “presos políticos” y a fijar un calendario de elecciones, algo que el gobierno venezolano consideró un “acoso” contra el presidente Nicolás Maduro.
Almagro, quien equipara el Ejecutivo venezolano con una “dictadura”, recomendó hace dos semanas en un informe suspender del organismo continental al país conforme a la Carta Democrática Interamericana, en caso de que no convoque en breve comicios generales “libres”.
Pero los gobiernos que firmaron la declaración, entre ellos México, Argentina, Brasil, Estados Unidos y Canadá, se alejan de cualquier sugerencia que involucre la suspensión de un país miembro.
“La OEA tiene un papel que jugar y los Estados miembros estamos tomando las medidas necesarias para ser coadyuvantes de un proceso”, dijo el representante mexicano, Luis Alfonso de Alba.
El subsecretario adjunto de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Michael Fitzpatrick, señaló que los países considerarán en la reunión “todas las herramientas disponibles a la OEA” para intentar ayudar a Venezuela a “solventar la crisis económica y humanitaria”, llamando al gobierno venezolano a participar de una “discusión productiva”.
“Nuestra meta para la sesión especial no es la suspensión inmediata”, dijo Fitzpatrick, en un comunicado.
Venezuela pidió anular la sesión extraordinaria en el Consejo Permanente, pero el apoyo de 18 países de los 34 miembros activos de la OEA (Cuba fue readmitida pero no asiste a las reuniones del organismo) garantiza su realización.
Los países del continente han incrementado su preocupación sobre la creciente crisis económica en Venezuela y el espectro de un desandar democrático en el país de 30 millones de habitantes, al igual que Almagro, electo a la cabeza del organismo en 2015, cada vez más impaciente con la situación.
La OEA “tiene la tarea de la promoción y defensa de la democracia”, dijo a periodistas el representante colombiano ante el ente, Andrés González.
En su voluminoso informe de 75 páginas, Almagro subrayó que las gestiones diplomáticas “no han dado por resultado ningún progreso” en Venezuela y todos los intentos de diálogo entre el gobierno y la oposición “han fracasado”.
– “Falsa máscara” –
Según el excanciller uruguayo, el gobierno venezolano “viola con impunidad los derechos de sus nacionales, mantiene presos políticos sólo por el hecho de disentir, tortura, roba, corrompe, trafica drogas y mantiene a su población sometida a la falta de alimentos, de medicinas y de dinero para subsistir”.
Venezuela está sumida en una crisis de escasez de medicinas y alimentaria, y sus habitantes padecen la inflación más alta del mundo, que, de acuerdo con el FMI, cerró 2016 en 475% y podría llegar a 1.660% este año.
La canciller venezolana, Delcy Rodríguez, rechazó el lunes en la sede de la OEA, en Washington, tal crisis económica, citando informes positivos de agencias de Naciones Unidas y llamando a Almagro “mentiroso” y mercenario”.
“Alertamos a la comunidad internacional de no dejarse engañar bajo la falsa máscara de que no se quiere agredir o sancionar a Venezuela, que solo se quiere discutir sobre la situación del país”, dijo.
Según la ministra venezolana, los 14 países y Almagro buscan “crear el ambiente en la comunidad internacional de que algo grave ocurre en Venezuela que justifique la intervención en todas sus condiciones” en su país.
Venezuela, que ya no cuenta con gobiernos amigos en Brasil y Argentina, fue aplaudida por Nicaragua, Bolivia y Dominica.
Rodríguez dijo que Venezuela pedirá una reunión especial para evaluar la actuación de Almagro a la cabeza de la organización continental, reiterando una iniciativa esbozada el año pasado durante la Asamblea General de la OEA en Santo Domingo.
De su lado, Maduro aseguró que no le perturban “las estupideces” de Almagro, al que llamó “un payaso, una basura sideral, que será olvidado y despreciado por los tiempos”.
Paralelamente a la cita en la OEA, la situación en el país suramericano también será evaluada en el Congreso de Estados Unidos, cuando una comisión de la Cámara de Representantes presida una audiencia con expertos titulada “El trágico colapso de Venezuela”.
por Ramon SAHMKOW/AFP