Fin de la dictadura, ¡viva la dictadura! Por Carlos Flores /@carlosfloresx

Fin de la dictadura, ¡viva la dictadura! Por Carlos Flores /@carlosfloresx

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No. No acaba de ocurrir, súbitamente, un golpe de estado. No se trata de que el régimen se quitó la careta y finalmente mostró su naturaleza dictatorial, ilegal y cruel. Tampoco es un “atentado contra la democracia” o el “fin” de la misma. Lo ocurrido en las últimas horas es la muestra, la evidencia morbosa y alarmante del estado de desconexión que tenemos los habitantes de Venezuela –en general- y su dirigencia política opositora, con respecto a la realidad, nuestra tiránica realidad de angustia y sumisión.

Este amanecer, que sabe a impotencia y amargura, no apareció de sopetón. Fue, por el contrario, cocinado en un caldero a fuego alto y constante durante casi dos décadas. Y hemos visto levantar el hervor de ese guiso… lo hemos probado, olfateado; hemos sentido el calor de la brasa mientras consumía el país que fuimos y pudimos –debimos- ser, para reemplazarlo por cenizas de división y mentira.





Somos los testigos. Los testigos que a veces aplaudían y otras veces lloraban y criticaban. Pero testigos al fin, meros espectadores/inválidos protagonistas del máximo show de destrucción: porque estuvimos ahí cuando Chávez se burló de Venezuela. Se burló de usted, de mí… se burló y abusó de todo aquello que era bueno, malo y feo. Y nosotros reíamos, soltamos carcajadas salvajes ante su perversión y vileza. Chávez fue ese chimpancé diferente, raro y peculiar, que quieres ver haciendo tonterías porque es divertido… luego se convirtió en el mono hijo de puta de El Planeta de los Simios… y se acabó la gracia. Pero tampoco hicimos algo al respecto… es decir, algo lógico. Porque  nos enfrascamos –hasta llegar a este demoledor presente- en enfrentar, con reglas humanas, a este adversario que trepa árboles y defeca en la naturaleza. Trate usted de detener un mono loco a punta de gritos, insultos y comunicados… el mono se orinará de la risa, se masturbará frente a usted y luego devorará un cambur. Luego, repetirá las acciones anteriores. Venezuela se convirtió en El Planeta de los Simios… y nosotros mismos pagamos por la preproducción, montaje, casting y hasta colocamos ahí al director (lo elegimos “democráticamente” todas las veces que él lo quiso) para que rodara una película de pornografía y terror que no acaba.   

¿Golpe contra la democracia?

Hace años se extinguió la democracia en Venezuela. ¿En serio usted no lo sabía? ¿No le da pena decir: “ahora sí, ya esta gente se pasó”? Cierres de medios de comunicación, amenazas, muertes, presos políticos, ruindad, incumplimiento de tratados internacionales, escándalos, narcotráfico, corrupción como ADN del sector público, trampas electorales, poderes prostituidos, descaro, miedo, terror, expropiaciones (sí, María Corina tenía razón: expropiar es robar), destrucción del aparato productivo, asesinato a la clase media, pobreza, hambruna, basura como nuevo manjar nacional… esto lleva casi veinte años. ¿A ustedes amigos de Primero Justicia, Acción Democrática, COPEI, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular, les suena a características de una democracia? De ser así, su sordera es culpable de la permanencia de un régimen que hace rato le dio la espalda y le sacó el culo a los venezolanos.

Es patético leer titulares de periodistas famosos que pulsan, moldean y ceban la opinión pública, pasando por los mediocres miedosos que temen afrontar su responsabilidad porque hacerlo no es “objetivo” –para ellos: ¡jódanse, pendejos!-; hasta los tarifados sin personalidad, los Kico Bautista que se cortaban las venas por el diálogo y repetían que el Gobierno cumpliría todo; los Rafael Poleo postrados ante la senilidad intelectual que los lleva a defender la inmoralidad y complicidad de los principales actores políticos venezolanos y a lanzar piedras y escupitajos contra todos aquellos poseedores de algo que hoy vale oro: SENTIDO COMÚN… siento repulsión ante los intelectuales que juegan, como carajitos en tablero de ludo, a desarrollar discursitos “profundos”, “analíticos”; a mover piezas vacías, rotas; a descomponer, traducir y explicar filosóficamente lo que nos ocurre (como si se tratara del descubrimiento de una nueva partícula subatómica), siempre bajo la óptica de quien está más cómodo en un aula de clases, donde se excita ante la atención de sus discípulos, que de cara a la realidad de muerte y humillación… tanta bobería… tanta palabrería… tantas columnas, tanto ego… tantas cartas abiertas… tanta paja… Pura cotufa y chocolate en una función pública disparada en 3D y Dolby.

¿Cuánto análisis era necesario para expresar que estamos en una dictadura, que la ley no existe y el único propósito debía ser poner un punto final a tanta depravación? No, no. Eso era muy complicado (y altamente impopular). Era mucho fácil elucubrar estrategias, leer entre labios, suponer posibles escenarios políticos; costos políticos; triunfos políticos; derrotas políticas… asco político.

Shhh… aquí no se pronuncia la palabra DICTADURA

Pero seguíamos en este extraño Planeta de los Simios, y mientras los primates controlaban todo, nosotros íbamos en sentido contrario, embelesados en una comparsa de promesas –falsas, rotas- orquestadas por los partidos políticos y sus líderes que seguían sin comprender -¿o acaso sí lo sabían perfectamente?- que las reglas democráticas solo aplican si hay democracia y que en el Planeta de los Simios la ley es animal y brutal. Señores de Primero Justicia. NO SE RESCATA EL VOTO PARA SALVAR LA DEMOCRACIA. Acabas con la dictadura y salvas la democracia. Luego, en democracia, bienvenidos a realizar todas las encerronas locas, pleitos, consignas y batallas políticas en busca de mendigar a los electores por su voto. Ahí sí pueden validar sus partidos. Antes, no. Antes, es decir, con una dictadura como ésta que pesa sobre nuestros hombros como alguna vez lo hizo la elefanta Ruperta en sus mejores momentos; las elecciones valen tanto un billete de cien bolívares: o si no, pregunten a todos los que votaron para elegir una Asamblea Nacional… a toda esa gente que fue engañada, porque los partidos sabían que sería una Asamblea sin poder. Pero querían gritar y tener una tribuna para lucirse, para tirar físico. ¡Bravo! Chapeau!

Para estos “líderes” era inexistente la palabra “dictadura”. No se atrevían a pronunciarla. Temían perder posibles votantes chavistas… Y usted, señor gobernador Capriles, ¿recuerda cuando lo entrevisté durante más de una hora y no se atrevió a responderme si estábamos en dictadura?, hoy le digo: ¡cobarde!, you’re a pussy! Usted pudo hacer la diferencia y optó por jugar a la política, a costa de todo el país. El juego se perdió. Mejor siga fajado en Instagram, apoyando shows de videos sexuales planificados por en laboratorios de ocio. Eso tal vez le genere más popularidad.

Políticos con colmillos de vampiro. Ideas de poder. Alcaldías, gobernaciones. ¡Vote por su diputado a la Asamblea Nacional! Sacaremos a Maduro en siete meses. Marcharemos a Miraflores. Dios salve al Vaticano. Mejor no hablemos mal de las misiones. No, no, no. Hay que estar bien con los chavistas anti maduristas.

¡Golpe en Venezuela! ¡Ayudemos a Venezuela!

¿La comunidad internacional? ¿Qué le podía importar Venezuela a la “comunidad internacional”? Allá esos locos con sus problemas (problemas en los que ellos mismos no solo se metieron sino de los que no quieren salir). ¿Quién nos ayudaría? ¿Quién y por qué? El Chapulín Colorado está muerto y Superman anda ocupado con Lois Lane.  No sé qué es más triste: que no podamos salir de este paquete nosotros mismos o que no le importemos a nadie en el universo… y si un tipo como Almagro sale a defendernos, entonces le caemos encima porque, bueno, porque así somos los venezolanos.

Claro, hoy, literalmente hoy, el mundo despierta pro Venezuela. ¿Y antes? Lo que pasa es que hoy ya es cool. Ya es Trending Topic favorable. Fino. Una cruzada para reestablecer la democracia venezolana. ¡A la carga!

Chévere, traigan a Hulk y a Thor… y hasta a Taz, el demonio de Tasmania. Total, es hora de más acción y menos saliveo.

 

Toda esta película ha transcurrido tal y como debía. No se esperaba algo diferente. Una pandilla de degenerados en el gobierno se la pasan de maravilla al tener como rivales a un grupetín de ineptos. ¿El resultado? Mire a sus lados.

Pero, digo, aquí pensando y pulsando teclas (sí, soy un periodista y escribo, lo mío son las teclas… y estoy orgulloso porque al menos soy honesto)  ¿Usted no está cansado de ser un espectador, de calarse y –además- protagonizar este bodrio?

“La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida”. Claro, Sancho, excepto en Venezuela. Allá la vaina es al revés. No mandan los humanos sino los simios.