No se trata de haber pasado una temporada en un pais que detentaba un regimen revolucionario para poder sacar conclusiones sesgadas, amoldadas a la ideologia que uno profese, y entonces asimilar procesos que condujeron a desenlaces inevitables, a propósito de lo comentado hace unos días por un connotado filosofo argentino-español de izquierda cuandol trató de hacer la comparación entre el Chile de Allende y la situación actual por la que atraviesa el gobierno de Nicolás Maduro. El alegato que se ha pretendido esgrimir de “cerco económico o político” ordenado por el imperio del norte no tiene sustento alguno en la Venezuela de hoy. Las ineptitudes , las ineficiencias, el vaciamiento de las arcas de la nación, las conexiones con las mafias del narcotráfico, el negociado con los alimentos del pueblo, nada tienen que ver con lo sucedido con Allende. Solo insinuarlo ofende la memoria de ese hombre que creyó ilusamente en que le ofrecía lo mejor a su país.
No se puede decir que Allende fue un dictador. Cuando se ha vivido por 18 años bajo el poder de un gobierno entregado en cuerpo y alma a los dictamenes provenientes de la tristemente célebre isla caribeña donde un par de octogenarios recalcitrantes sometieron a su pueblo y al nuestro a la mas abyecta ruina, cuando un gobierno realizó el milagro de convertir a un pais prospero en la escasez generalizada que es hoy en dia, cuando ves a tus conciudadanos comiendo de la basura, cuando no consigues medicamentos para aliviar las enfermedades, cuando la red hospitalaria publica esta desmantelada, cuando has destruido el aparato productivo, cuando compruebas el adoctrinamiento en las escuelas, cuando asistes al encarcelamiento oprobioso de los que se oponen, cuando la corrupcion mas obscena campea libremente, cuando un pueblo entero vive lleno de miedo, cuando la justicia es convertida en verdugo, cuando no se respeta la voluntad de un pueblo, se puede afirmar, como afirmo yo en estas lineas , que estamos en Venezuela viviendo en una dictadura. Mas que parecernos al régimen de Allende nos hemos ido pareciendo cada dia mas a Pinochet.
El impedir a todo trance el desenvolvimiento de cualquier marcha pacifica, como sucedió una vez mas con la represión desmedida y obscena de ayer 4 de Abril, la que traduce la indignación de un pueblo que reclama el ejercicio de sus derechos, acerca mas al régimen al gorila que a las ideas.
Asi como Los pueblos del sur del continente atravesaron no hace mucho tiempo por dictaduras de derecha, hoy mi pais esta sometido a una dictadura de una supuesta “izquierda”. Y eso duele mucho y es dificil de aceptar por algunos que siguen soñando en “les lendemains qui chantent”.
En Venezuela, por si fuera poco, acaba de suceder un “autogolpe”, un fujimorazo realizado por el Tribunal Supremo de Justicia, para eliminar, disolver, la Asamblea Nacional. Ante la protesta mundial ahora el gobierno quiere presentarlo como un “impasse” entre 2 instancias y aqui no ha pasado nada. Es como si un General diera un golpe de estado, se arrepintiera luego y volviera, como si nada, a su antiguo puesto de trabajo.
Esta es la realidad de lo sucedido, no son rumores, como se ha comentado también en algunos corrillos internacionales, 20 paises americanos asi lo han constatado en la OEA, clamando por la restitución del hilo constitucional quebrantado. El resto de los países de la OEA o son conmilitones de la dictadura venezolana o estan sometidos al chantaje petrolero, a cambio de un voto favorable.
Los venezolanos, en estos aciagos momentos de nuestra historia republicana, pedimos una vez mas la ayuda y la solidaridad del mundo libre y democrático.
Una de las cosas a la que mas teme este gobierno es a la opinión internacional, ha tratado de mantener el semblante de democracia a toda costa, ha gastado millones de dólares en eso, de allí la importancia del ejercicio de la mayor presión posible desde el exterior.
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