El rio pasa y pasa y siempre regresa. La vida pasa y pasa y nunca regresa. De bachillerato me quedaron grabadas estas frases de un poema quechua, que nos resalta la fugacidad de la existencia terrena. El régimen tiene su alfa y omega, su principio y fin. Cuando llegué el día de pedirles cuenta, yo quiero señalar lo que a mí más me ha indignado, me refiero a al haber lesionado nuestra soberanía como nadie osó hacerlo en nuestra historia republicana.
Esta vergüenza histórica del socialismo del siglo XXI logró recolonizarnos ante el infame régimen cubano. Los facinerosos asidos al poder pagan la franquicia más cara del mundo, 100000 barriles de petróleo, para que la satrapía castrista se ensañe contra el noble pueblo venezolano, haciéndolo pasar las mayores penurias e indignidades. Ambos regímenes nos vienen vejando, y no paran mientes de cuántas muertes innecesarias producen, porqué sus objetivos son mantenerse uno en el poder y el otro robarnos nuestro petróleo.
Propongo un juramento, comprometernos cuando arrojemos por los votos a la narco corrupta cúpula, proceder a liberar al hermano pueblo cubano, sojuzgado desde hace 60 años por la satrapía castrista. De esta manera pondremos fin a dos monstruos de los siglos XX y XXI.
Estamos ante un momento único para concretar la ansiada libertad y alcanzar una mejor calidad de vida. Contamos con la Unidad de la oposición y sus líderes coinciden que tras el golpe de estado madurista mediante las dos sentencias del moreno Maikel, que acabó con la división de poderes y eliminó el parlamento, la voluntad popular no le queda sino el camino de la calle para exigir las elecciones que fueron confiscadas por un CNE cooptado por el régimen y restituir la democracia. Los líderes marchan en la primera fila con el pueblo cansado de pasar hambre y enfermedades.
La comunidad internacional tomó conciencia que se dio al traste con la democracia y hay un régimen que reprime la protesta pacífica garantizada por la Constitución y no se cansa de violar los derechos humanos.
Se desmorona el régimen internamente, el caso de la Fiscal General que señaló el rompimiento del hilo constitucional no es poca cosa.
Y como colofón los pastores de la Iglesia Católica, una voz y luz fundamental en esta oscura noche que lleva 18 años, tienen la fuerza moral de vivir como pobres y estar al lado de los pobres de la tierra, han señalado la gran estafa al pueblo por esta cáfila de depredadores. Los bárbaros confiscaron el derecho al voto, a la protesta pacífica y se llenan cada día de delitos de lesa humanidad, con la muerte de inocentes, actuando conjuntamente el alto mando militar corrupto con unos colectivos armados por el gobierno. No hay un solo preso de los colectivos mientras vemos más de 400 detenciones de manifestantes pacíficos jóvenes.
No más prisioneros políticos, ni exiliados!