Esta vez no eran dos venezolanos. Esta vez eran cientos.
Al ritmo de “asesina” corretearon por Madrid a Maripili Hernández, ex ministra del gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez y fiel creyente de la “revolución”.
Hernández, quien no sabe contar, cometió el atrevimiento de tratar de contestarle a los molestos compatriotas y la policía madrileña la salvó de algo peor.