Con filas interminables de carros, gestos de impaciencia en conductores de vehículos y una fuerte presencia de efectivos militares, amanecieron el sábado las diversas bombas de San Cristóbal, reseña La Nación.
Uno de los trabajadores de la bomba de servicio explicó que no todos los carros accedían al mismo porcentaje de llenado, es decir, las motos se llenaban con un máximo de 5 litros, mientras que los camiones de carga empleaban hasta 70.
De igual forma, la presencia militar obedecía a las razones de que, según declaraciones de uno de los efectivos, estaban supervisando que las órdenes impuestas para el surtido de gasolina fuesen cumplidas.