Desde que el gobierno sufrió la aplastante derrota electoral del 6 de Diciembre del 2015, empezó de inmediato a buscar la fórmula para poder seguir gobernando en contra de la decisión mayoritaria del pueblo venezolano; la primera respuesta fue evitar toda elección, debido a que obviamente la perderían, en función de ese objetivo pospusieron la elección de gobernadores y bloquearon el referéndum revocatorio. Sin embargo, la realización de elecciones es un requisito indispensable para dar la falsa apariencia de que estamos en democracia.
Así que el dilema es ¿cómo ganar elecciones sin votos?
Aunque parezca increíble un grupo de expertos electorales españoles contratados por el gobierno, en combinación con asesores cubanos lograron una fórmula “mágica” en la cual el régimen convoca una Asamblea Nacional Constituyente, mediante unas bases comiciales fraudulentas con las cuales el gobierno con apenas 20% de apoyo popular lograría más de 300 de los 540 constituyentes que conformarían la ANC. Esta novedosa fórmula se basa en la sectorización y municipalización de la elección. En el caso de los ocho sectores propuestos por el régimen: trabajadores, campesinos/pescadores, estudiantes, discapacitados, indígenas, pensionados, empresarios y consejos comunales, los representantes de cada sector se eligen por listados cerrados manejados por el CNE y en los cuales solo pueden participar quienes aparezcan en esos listados o quienes decidan los rectores del CNE.
En el caso de los concejos comunales, es sabido que de los 45 mil que existen en Venezuela, más de 40 mil tienen mayoría oficialista, lo que garantiza la elección de constituyentes afines al régimen. Además esta sectorización es excluyente, ya que los venezolanos que no estemos en esas listas, no tendremos oportunidad de elegir o ser elegidos en estos sectores, mientras que los integrantes de esas listas podrían votar dos veces, rompiendo el principio de “una persona un voto”.
La elección de un constituyente por municipio, también es fraudulenta, ya que un municipio con apenas 11 mil electores como Padre Chen en el estado Bolívar, escoge un constituyente, lo que le otorga la misma representación que un municipio como Caroní, en el cual sus 500 mil electores solo pueden elegir a un constituyente, lo que rompe el principio de proporcionalidad que estipula que “igual número de electores eligen igual número de representantes”.
Otro ejemplo los 800.000 electores del estado Táchira escogerían 30 constituyentes, mientras que los 800.000 electores del municipio Heres y Caroní del estado bolívar solo podrían escoger 3 constituyentes. Un caso más gráfico, tres municipios del estado Amazonas que suman 7 mil electores escogen 3 constituyentes, uno más que el municipio Maracaibo que con 900 mil electores solo podría elegir 2 representantes a una eventual constituyente convocada con las bases comiciales propuestas por Nicolás Maduro. Las zonas más despobladas del país tienen mayor incidencia en la elección de los constituyentes, es decir que algunos votos son más valiosos que otros. Precisamente es en las zonas rurales donde el gobierno ejerce mayor presión sobre personas humildes obligándolos a votar por los candidatos del régimen, so pena de no entregarles bolsas del clap o de botarlos del trabajo en el caso de los empleados públicos.
En síntesis, si se repiten los resultados electorales del 6 de diciembre del 2015, la oposición solo obtendría 180 constituyentes y el gobierno 360; si la oposición logra el hasta ahora inalcanzado 80% de apoyo electoral podría lograr cerca de 220 representantes versus 320 del gobierno. Aún en el caso extremo de que la oposición lograra 85% de votos a su favor, lo más que podría elegir es 240 constituyentes, dejando al régimen con una clara mayoría de 300 representantes. Un caso insólito en la historia de la humanidad en el cual una minoría del 15% impone una nueva constitución con un modelo político rechazado por el 85% de la población.
Por eso el diputado Luis Silva llama al pueblo bolivarense a mantenerse firme en el rechazo al régimen y en particular a evitar la instalación de una asamblea nacional constituyente cuya pretensión es acabar con la democracia y la libertad en nuestra patria. Hoy los venezolanos tenemos un compromiso con la historia, nuestro futuro depende de nuestras acciones en el presente.