El último “triunfo” de la economía socialista de Nicolás Maduro es una devaluación del 178% de la moneda nacional, fijando el precio de cada dólar estadounidense en un impresionante monto de 2010 bolívares.
La tasa anterior fue de 721 bolívares por dólar, y eso fue después de una devaluación del 72% en febrero de 2016.
“Los estrictos controles de cambio, promulgados por primera vez en 2003 para evitar la fuga de capitales, son considerados por muchos como la causa de la crisis económica venezolana, que ha dejado a millones de personas sufriendo escasez de alimentos y medicinas”, reseña un reporte de Reuters.
Por: John Hayward/Breitbart/Traducción libre por lapatilla.com
“Muchos venezolanos afirman que no pueden tener acceso a las subastas de divisas y que por ello, tienen que recurrir al mercado negro donde el bolívar ha colapsado en más del 99% frente al dólar, desde que el presidente Nicolás Maduro ganó la presidencia en 2013”, añade la agencia internacional de noticias.
Según la AFP el dictador Maduro asegura que el colapso de la moneda es un esfuerzo para “socavar el mercado negro”. Pero es poco probable “socavar” ese mercado porque mucha gente todavía está dispuesta a pagar 6.000 bolívares por dólar en el mercado negro.
Por otro lado, el presidente del Banco Central, Pedro Maldonado, calificó la devaluación como “una señal inequívoca de que estamos iniciando un proceso de recuperación económica”.
Pero ese argumento puede ser difícil de creer para los venezolanos, ya que quienes hayan empezado a ahorrar el equivalente a mil dólares en bolívares hace cuatro años, descubren que hoy en día sus ahorros valen menos de cinco dólares. Asimismo, es posible que sospechen, que ésta última ronda de cambios cambiarios tienen la finalidad de ayudar más al gobierno de Maduro, que a socavar el hambre del pueblo. Como señalan los analistas del Grupo Eurasia a Bloomberg Markets, “la devaluación proporcionará al gobierno algunos beneficios fiscales, pero el impacto será algo limitado”.
Una subasta “irrisoria”
El Banco Central solo vendió alrededor de 24 millones de dólares en la última subasta, principalmente a las empresas de importación. El economista Jesús Casique indicó a la AFP que esa cantidad es “irrisoria” y dijo que prueba que no hay muchas divisas en las arcas de la nación.
Los lectores ocasionales de periódicos financieros podrían estar preguntándose: “¿Acaso Venezuela no vendió una enorme cantidad de bonos petroleros a precios de gallina flaca por dinero rápido?” Sí, de hecho lo hizo. Vendieron 2,8 mil millones de dólares en bonos para ser exactos. Casique ve esta acción como una señal de que el régimen de Maduro reconoce que sus controles de cambio no aumentarán la productividad ni revertirán la espiral económica.
“Decidieron canjear el bono de PDVSA con un descuento del 69% para dar un respiro al cambio oficial”, dijo.
Eso es precisamente lo que rechazaron los líderes de la oposición venezolana, quienes acusaron a Goldman Sachs de financiar la dictadura de Maduro.
La analista Siobhan Morden, de la firma de inversiones japonesa, Nomura Securities, que también compró bonos venezolanos por valor de 100 millones de dólares en esa polémica subasta, básicamente acusó al régimen de Maduro de usar ese gran capital para evitar las consecuencias políticas de convertir a una nación rica en petróleo en un territorio de hambruna.
Ella también explica que las devaluaciones monetarias nunca estabilizarán el mercado o socavarán el mercado negro, al menos no mientras la decadente revolución bolivariana de Hugo Chávez, continúe dirigiendo el Estado a través de su monigote Nicolás Maduro.
“Las últimas decisiones del Ejecutivo ratifican su evidente desconexión con las actuales realidades económicas y políticas del país”, añade Morden, quien garantizó que Nomura seguirá enfocada en “la crisis política y en la creciente probabilidad de un cambio de régimen para exhortar a una profunda reforma económica seria”.
Al menos 60 personas han sido asesinadas luchando por la “probabilidad de un cambio de régimen” en las calles venezolanas y el enojo de los manifestantes contra los inversionistas extranjeros que prolongan el cambio de gobierno a través de la inyección de grandes cantidades de dinero en las arcas de Maduro, no deja de crecer.
Algunos podrían decir incluso que empresas como Nomura y Goldman Sachs ahora apostarán a que Maduro desaparezca para que puedan empezar a ganar dinero con los bonos que compraron a 31 centavos por dólar, gracias a la devastación del socialismo. (Breitbart)