Considerando que el régimen ha prohibido llamar dictadura a la dictadura, hoy vamos a escribir sobre lo que no es una democracia, de manera que todos puedan adelantar sus conclusiones y despejar algunas dudas, en caso que las haya, sobre el sistema en el cual vivimos.
Lo primero que hay que decir es que en una democracia existe el derecho a la libre expresión, nadie te dice sobre qué hablar o escribir. Pero más importante: expresarte no te llevará a la cárcel, no será motivo de persecución o asedio. Hay medios libres que reflejan las realidad del país, puedes crearte tu verdad comparando diferentes versiones, porque la versión oficial es una más, no es la única. Porque uniformar el pensamiento jamás ha funcionado, todos nacemos con libre albedrío.
En democracia manifestar no es un delito, es un derecho. Los ciudadanos son iguales ante la ley, no es el Estado quien te dice si tú eres más igual que otros. Hay derechos inherentes al ser humano y yo diría que el derecho a quejarse es uno. Cuando hay garantías constitucionales usted es protegido en ejercicio de sus derechos, no criminalizado. No hay lugar prohibido cuando de manifestar pacíficamente se trata, si un ciudadano quiere ir frente a la residencia presidencial ¿Qué se lo impide?
Cuando se vive en democracia los poderes públicos son independientes. Esto se debe a un principio básico: el poder absoluto corrompe absolutamente. Desde el momento que una sola persona o parcialidad política controla todos los poderes, se vive en todo menos en democracia. La inexistencia de contrapesos favorece el abuso de poder y los excesos. Anular las competencias de un poder incomodo en lugar de concurrir respetando su campo de acción es la declaración formal de muerte de la separación de poderes.
En democracia se vota, lo que no quiere decir que la democracia sea solo elecciones, pero una democracia donde la gente no pueda decidir por si misma no es tal. Es bien estricta la ecuación y cuando hablamos de elecciones no no referimos al solo hecho de votar, significa elecciones libres, con condiciones equilibradas, con árbitro imparcial y con la plena vigencia de los derechos políticos: quien inhabilita es el pueblo.
Queda claro que es una democracia y que no es. Importante que frente al interés de los censores por ocultar lo que es más que evidente, seamos cada vez más creativos y busquemos la forma que el mensaje llegue, así sea a través de mensajes de humo. La democracia no se decreta, se construye, no es un slogan propagandístico, debe ser una realidad.
Brian Fincheltub
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