La eurodiputada del grupo de la Alianza de los Demócratas y Liberales por Europa (ALDE) en el Parlamento Europeo, uno de los rostros más emblemáticos de la crítica al Gobierno de Maduro, confía en que ya existan negociaciones entre oposición y el ala militar, pero sostiene que cualquier logro en esos pactos dependerá siempre de la confiabilidad y las figuras que las adelanten.
Por Carlos Moreno / Especial desde Madrid
Beatriz Becerra (Madrid, 1966) eurodiputada con verbo filoso contra el chavismo y todo lo que se le parezca en Europa, tiene resaltado en su agenda el tema Venezuela. Adelanta propuestas y resoluciones para limitar a la administración Maduro a la que incluye en el saco del narco y las violaciones de derechos fundamentales. Ella es también vicepresidenta de la Subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo.
Ha concedido una entrevista para analizar la fractura del Estado de Derecho en Venezuela desde la óptica de una Europa que, entre sus propios demonios, también mira al país.
¿Cuánto falta para que el Parlamento Europeo defina sanciones contra el Gobierno de Venezuela?
Creo que el Parlamento Europeo ha emitido la resolución más crítica y concreta que ha hecho en su historia para con la región, para afrontar la múltiple crisis que golpea a Venezuela. Allí se exige la liberación inmediata de los presos políticos, la puesta en marcha de elecciones, la apertura de un canal humanitario y la restitución real de los poderes a la Asamblea Nacional. Quiero decir que ha sido la resolución más fuerte porque no solo el Parlamento como representantes de los ciudadanos europeos la han secundado, sino que todas las instituciones europeas, incluidas la Comisión Europea y el Consejo Europeo, han estado en la misma línea. Pero también se ha puesto de manifiesto la voluntad de las instituciones para buscar todas las vías posibles para hacer que los objetivos se consigan.
¿Pero evalúan sanciones?
Yo creo que pensar que estas líneas son parciales y que lo máximo que puede hacerse por Venezuela es pedir sanciones no es correcto, no estoy muy de acuerdo. Los que pueden sancionar son los gobiernos, y los gobiernos que conforman el Consejo del Parlamento se han situado más en las demandas ya referidas. La última postura que se ha reflejado en sentido ha sido la del Presidente del Parlamento, Antonio Tajani, que sí ha planteado la posibilidad de activar alguna postura parecida a la asumida por el Gobierno de Estados Unidos en lo que se refiere a aplicar sanciones a determinados funcionarios. Yo creo que las sanciones deben pedirse cuando pueden ejecutarse. Es importante que, aquello que pedimos y que estamos dispuestos a hacer lo hagamos. No se puede decir que podemos hacer algo y luego no cumplir.
Usted habla de mediación ¿pero cómo?
Desde las instituciones europeas hemos sido unánimes en decir que apoyamos la mediación regional. Y cuando hablo de mediación regional hablo de candidatos de países como México, Brasil o incluso Uruguay. Hay que buscar la capacidad de establecer una mediación concreta que tendrá que establecer un calendario de cuatro fechas: Restitución de poderes a la Asamblea Nacional, liberación de presos políticos, apertura del canal humanitario y elecciones. Fuera de ello no hay ninguna otra cosa. Quien se siente en la mesa será a negociar esos puntos con el Gobierno y la oposición y no deberá determinar si se hará o no, sino cuándo.
¿Y usted cree que el Gobierno hará elecciones generales?
No hay duda en que las elecciones deben ser generales. Es algo que es obvio y al Gobierno no le queda otra que negarla.
¿Tiene aún legitimidad este Gobierno?
Lo que sucede en las calles, las voces de la sociedad, las posiciones de los organismos internacionales, todo que lo está sucediendo en Venezuela, ha desacreditado, ha invalidado a este Gobierno. Un Gobierno que está en permanente autogolpe, un Gobierno que manda a disparar a sus ciudadanos está desacreditado. No hay otra opción para sanear rápido a Venezuela que unas elecciones generales.
¿Y cómo percibe el Parlamento Europeo la Constituyente?
Cómo un movimiento coherente dentro de la incoherencia de este proceso destructivo de la democracia. Maduro y su entorno trata de dinamitar a la oposición. El planteamiento de reformar la Constitución que representa el legado chavista y que ha dado razón de ser a este gobierno, es una estratagema ilegal. No es legítima.
¿Confían ustedes en pactos con el ala militar para frenar la crisis venezolana?
Yo confío en que haya conversaciones, pero sobre todo confío en que haya rigor y confiabilidad en quien está al mando de establecer esas negociaciones. Creo que debe haber negociaciones, incluso para que Maduro y su entorno sepa lo que le espera y sepa a dónde tiene que ir. No hay otra manera de salir de esta situación que esta y las líneas que ya se han girado en las resoluciones. Creo que sí debe haber esa negociación, pero será importante siempre el nivel de confiabilidad de los que estén a cargo.
¿La negación del Gobierno de Maduro a abrir el canal humanitario para medicamentos e insumos médicos o alimentos podrá tomarse posteriormente como delito de lesa humanidad?
Es una opción que se ha explorado en distintos Gobiernos. Es algo que se debe investigar y argumentar de manera jurídica suficiente para órganos como la Corte Penal Internacional. Pero decimos, Venezuela hace tiempo califica ya como uno de los países con crisis humanitaria. No es un tema de opiniones, es un tema que está debidamente tipificado y especificado. Lo que ocurre es que no se puede proveer de ayuda humanitaria a un país que no lo solicita. Nosotros en la Unión Europea estamos listos para activar los protocolos, pero el Gobierno de Venezuela debe aceptarlo.
¿Se ha abierto algún canal de negociaciones por el caso Venezuela entre Europa, Estados Unidos y Cuba?
La triangulación, de forma oficial, no se ha dado ningún. Cuba está ahora en un proceso de reubicación. El propio Castro está buscando la manera de denominar qué es y qué no es capitalismo. Yo creo que Cuba tiene bastante consigo mismo, y ahora Venezuela no le desembolsa igual que antes.
¿Y cómo ven las gigantescas fuerzas internacionales que están de fondo en el país, dígase los intereses de China y Rusia por los préstamos con que prácticamente se hipotecó la nación, recursos que sostienen al Gobierno, y claro está, Estados Unidos?
Nosotros, como Unión Europea, sabemos que el reparto de poderes ha cambiado. Pero Venezuela representa hoy más que los puros intereses económicos de China, Estados Unidos y Rusia. Venezuela es un hoy riesgo de seguridad para la región y es ese planteamiento, que lo ha reconocido hasta el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, donde deben enfocarse estos países.
¿El riesgo es por la penetración del narcotráfico en el poder político de un país?
El narcotráfico está inscrito en las bases de la desestabilización de Venezuela.
¿Pero en el Parlamento Europeo lo ven como parte del Gobierno?
La narcocorrupción sí. En la más reciente resolución asumimos esa posibilidad.
¿Cómo califican ustedes los apoyos del partido Podemos e Izquierda Unida al Gobierno de Chávez y Maduro?
En Europa y específicamente en España hay un nivel de claridad meridiano. No engañan a nadie. El hecho de que sus consignas repetitivas adviertan la injerencias de factores externos sobre la soberanía de Venezuela, hablan de sus argumentos. Siempre superponen eso por sobre los hechos de 2014, de ahora o de la crisis humanitaria, lo que piden es que se les deje en paz. Pero lo cierto es que eso solo lo dicen con el caso Venezuela, cuando se trate de cualquier otro país en donde ocurra una décima parte de lo que ocurre en Venezuela, son los primeros que exigen que se acabe con la impunidad. Izquierda Unida y Podemos lo que han demostrado es una incongruencia, una falta de argumentos y una perversión del lenguaje, a parte que están desacreditados para dar lecciones de democracia cuando ellos han recibido financiación demostrada, no ya solo del Gobierno venezolano, sino también del iraní.
¿Pueden llegar a gobernar España?
No lo creo. Esa mezcla está en caída precisamente por su inconsistencia.