Luisa Ortega: transición, centro y negociación Por Edward Rodríguez

Luisa Ortega: transición, centro y negociación Por Edward Rodríguez

Edward Rodríguez @edwardr74
Edward Rodríguez @edwardr74

 

El viernes 31 de marzo de 2017 quedará en la historia de Venezuela como el día en el que el régimen recibió una estocada impregnada de democracia y autonomía. La Fiscal general de la República, Luisa Ortega Díaz, denunciaba ante el mundo que en el país había “ruptura del orden constitucional”.

Ese día, poco antes del mediodía, el régimen perdía una de sus piezas claves y fundamentales, pues en rueda de prensa, no televisada por Venezolana de Televisión, la doctora Ortega Díaz de manera precisa y concisa decía que las sentencias 155 y 156 emitidas por el Tribunal Supremo de Justicia limitaban, por no decir que aniquilaban, las funciones de la Asamblea Nacional.





Desde ese instante comenzamos a respirar aires de una fiscalía que se estaba desplazando de la izquierda hacia el centro de donde esperamos que nunca se vuelva a mover a cualquiera de los extremos, así el corazón siempre tenga una parcialidad.

Más allá de las complicidades, sentencias, expedientes montados, detenciones injustas y silencio; que Venezuela cuente con otro Poder autónomo, como pareciera ser ahora una parte del Poder moral, es de beneficio para la democracia a la que millones de venezolanos han salido a defender en la calle desde hace casi tres meses.

Bien lo decía Don Quijote y Sancho Panza: “cuando los perros ladran es porque vamos por buen camino”. La fiscal ya comenzó a sentir los ladridos   e insultos de sus ex compañeritos de la revolución, sin embargo, sin perder la cordura y el centro que tanto queremos los venezolanos, ha hecho oídos sordos.

Luisa Ortega no sólo recibió insultos y reservas del lado de la oposición, sino que también ha contado con el respaldo de connotados personajes, que a mi juicio gozan de respeto y credibilidad, como el ex fiscal Javier Elechiguerra, Giuseppe Gianneto, Alonso Moleiro, Teresa Albanez, Richard Páez, entre otros, así que creo que más son los que suman que los que restan.

El 6 de junio, Ortega Díaz, dio otra estocada al decir textualmente: “el día que repartieron el miedo, yo no llegué”, en este mensaje, que aún retumba en los pasillos de Miraflores, está claro que no hay amenaza, advertencia o extorsión que valga; seguirá adelante y así lo demostró cuando dos días después, introdujo ante la Sala Electoral del TSJ un recurso de nulidad contra la Constituyente de Nicolás Maduro.

Sin duda la fiscal, nombrada por la Asamblea Nacional roja rojita en el 2007, tendrá un papel preponderante cuando llegue la hora de la transición en Venezuela, y quizás muchos de los que la insultaron tengan que alzar su teléfono para mediar.

Ahora bien, como dicen por allí, la señora Luisa Ortega se deberá jugar a Rosalinda, sin mirar para los lados y con pruebas en mano tendrá que solicitar el antejuicio de mérito contra presidente de la República, Nicolás Maduro Moros, capaz y el TSJ da una sorpresa y no lo declara inadmisible.

A la tercera va la vencida, y faltan 48 días.

Edward Rodríguez

@edwardr74