La tasa de culminación del bachillerato en Venezuela es la más baja de la región. Cifras del Centro de Información para la Mejora de Aprendizajes (CIMA) revelan que en el país solo 28,75% de la población entre 18 y 20 años de edad alcanzó ese nivel académico, en comparación con países como Chile o Bolivia donde 80% y 61,6% de sus ciudadanos en ese rango finalizan esta etapa. Así lo reseña el-nacional.com
El CIMA, iniciativa del Banco Interamericano de Desarrollo, construye su base de datos con información oficial: la última data suministrada por el Estado venezolano en la materia es de 2005.
Juan Maragall, director de Educación de la gobernación de Miranda, destacó que la brecha entre quienes tienen título de bachiller en la edad promedio para haber cumplido el nivel, es muy grande en comparación la tasa de aprobación de primaria: 87,68% de los jóvenes entre 12 y 14 años de edad sí alcanza el sexto grado.
“En mi opinión, el verdadero problema del sistema educativo en Venezuela es el abrumador fracaso del bachillerato. Además la ausencia de cifras oficiales no permite hacer análisis objetivos de la situación y dificulta el diseño de políticas adecuadas para corregir los problemas”, señaló el educador.
Entre las causas que piensa Maragall pueden tener incidencia en la baja tasa de aprobación de bachillerato en el país enumera la falta de planteles y las deficiencias estructurales de los que ya existen.
“De 28.000 escuelas en el país solo en 6.000 puedes estudiar bachillerato. Hemos estimado que en Venezuela se requieren construir mínimo 1.000 nuevos liceos. Además los que ya existen tienen fallas en la calidad de edificaciones: faltan laboratorios, bibliotecas, espacios culturales y deportivos”, expresó.
Añadió que la reciente propuesta de transformación curricular del Ministerio de Educación elimina de las materias científicas las horas de laboratorio, principalmente porque no cuentan con estos espacios en las escuelas.
El déficit de profesores especialistas también es mencionada como una de las trabas para la prosecución en esta etapa del Subsistema de Educación Básica. “¿Por qué no los tenemos? Porque estos educadores se forman en los pedagógicos y universidades que han sido objeto de discriminación presupuestaria en los últimos 18 años. La capacidad de formar profesionales competentes para bachillerato se ve completamente disminuida”, señaló.
Explicó que el mecanismo de asignación de cargos en los liceos, a través de vías político-partidistas, así como los bajos salarios de los educadores, desestimula a los jóvenes de estudiar la carrera.
Motivación. Maragall también cree que el factor económico afecta muchísimo: “Hoy en día los adolescentes tienen que enfrentar lo que los economistas llaman el costo de oportunidades. Se preguntan ‘¿Si me quedo en el liceo como estudiante y me hago bachiller, tendré probabilidades de conseguir un mejor empleo, que si no soy bachiller, me voy a la calle y me dedico a trabajar?’ Lamentablemente por la destrucción del aparato productivo hay pocos incentivos para esta población”, dijo.
Precisó que cuando en el estado Miranda se han realizado encuestas de hogares y se les pregunta a los jóvenes por qué no están en los liceos estos declaran que no es interesante o es aburrido: “al final, el adolescente decide tomar un proyecto de vida que no tiene que ver con graduarse sino algo más relacionado con el rebusque o más preocupante aun, con sumarse a grupos delictivos”.
En la gobernación han estimado que durante el año escolar 2016-2017 se han retirado de las escuelas unos 10.000 alumnos. Desde la Dirección de Educación realizaron una proyección y calculan que a escala nacional podrían haberse salido del sistema unos 500.000 estudiantes, un poco más de la mitad que cursaban bachillerato.
“La tasa de abandono en primaria es en promedio de 8%, mientras que en bachillerato es de 13%”, expresó Maragall.
Venezuela no ha participado en pruebas internacionales de rendimiento que permitan evaluar además cuál es el desempeño de los estudiantes en el país en comparación a otras regiones. En su momento, se realizaron pruebas similares nacionalmente, pero se suspendieron después de 1998.