En los “tres golpes” del día la arepa y el arroz dominan y ocupan cada vez más espacio. La presencia de estos carbohidratos ha desplazado el de las proteínas tradicionales como carne y pollo, cada vez más ausentes debido a sus precios que suben sin control y se escapan de los bolsillos de los consumidores. Así lo reseña panorama.com.ve
Por Jhoandry Suárez
Xavier Medina, residente del sector 1 de Mayo, expresó que la arepa se ha convertido para él en el “salvavidas para llevarse un bocado a la boca”. “Esto es lo que más se come en la casa y a veces solo la rellenamos con mantequilla sola”, aseguró el obrero.
Recordó que el año pasado era más fácil adquirir huevos o mortadela, pues su costo no era elevado; sin embargo, ahora superan los 10 mil bolívares.
“A mí me preocupan los niños porque se están alimentando mal y en muchos casos no comen frutas o verduras”, manifestó por su parte Marta Árraga, del sector Los Haticos.
Lo que expresaron Medina y Árraga coincide con una encuesta aplicada por este Diario en sus redes sociales, la cual arrojó que 42% de los consultados colocan como la primera opción en su dieta el arroz, seguido por la arepa (30%), pan (19%) y la pasta (9%).
También, la Encuesta sobre condiciones de Vida Venezuela 2016 (Encovi), publicada a principios de año, ubicaba la harina de maíz, arroz y la harina de trigo como los productos que más incluían 6.500 familias en su compras semanales. El estudio estuvo a cargo de la Universidades Central de Venezuela (UCV), Católica Andrés Bello (Ucab), Simón Bolívar (USB) y algunas ONG.
Los resultados, no obstante, reflejaron un ligero descenso en la cantidad de personas que compraban estos alimentos en comparación con el mismo sondeo en el 2014 y 2015. En contraste, los tubérculos y hortalizas repuntaron debido a su bajo costo.
En cuanto a los datos oficiales, se desconocen desde hace tres años. Los últimos, en 2014, del Instituto Nacional de Estadística (INE), apuntaron que el consumo de harina habia subido 46%, mientras que la ingesta de pollo se redujo de 81,83 gramos a 30, y la ingesta de carne de 51,64 gramos a 23,5.
Los especialistas en la materia señalaron a este medio que el excesivo consumo de carbohidratos repercute principalmente en el crecimiento y en el desarrollo del sistema inmunológico.
La nutricionista Cristina Exmeira explicó: “Las enfermedades que más se observan a raíz de esto son desnutrición y anemia, desde un niño hasta un adulto mayor. De 10 casos que me llegan, cinco presentan esta condición”.
La directora de la Fundación para la Investigación Nutricional Integral de Venezuela (Finiven), Raquel Luzardo, hizo la salvedad de que los carbohidratos o hidratos de carbono son la principal fuente de energía de los humanos, pero no por ello se debe descuidar la ingesta de proteínas, vegetales y frutas.
“En Latinoamérica, en general, se consumen más hidratos de carbonos, pero en cada país existe una tabla que dice cuánto debe ser la ingesta de acuerdo con la edad. Cuando es excesiva, puede provocar un aumento de los niveles de azúcar en la sangre y conllevar a una diabetes”, sostuvo.
El pediatra Édgar García, advirtióque los niños son los más afectados. “Se limita su crecimiento normal, sobre todo en cuanto a talla, se compromete su desarrollo cognitivo, presentarán dificultades para el aprendizaje porque se está dejando a un lado las proteínas”, subrayó.
Recordó que la lactancia materna es el principal alimento para prevenir la desnutrición en los bebés. “Esta leche tiene la correcta base de proteínas, carbohidratos y grasas”, precisó.
Su mayor preocupación, aseguró, es que los niños malnutridos antes de la edad escolar pueden presentar secuelas difíciles de subsanar.
Las recomendaciones por parte de la nutricionista Raquel Luzardo son agregarle fibra a las arepas, bien sea avena o afrecho, porque ayudan a aumentar la sensación de saciedad y reducen la absorción total de los carbohidratos; o rallar zanahorias u otra verdura cocida y agregarla en la preparación.
“Es importante que las personas también coman a las horas correspondientes”, recalcó.
Por lo tanto, “saber qué comer y conocer las opciones”, puede ser el “truco” de los zulianos para hacerle frente a la escasez e inflación de los productos para su alimentación.