No hay dos sin tres; por tercer año consecutivo en los Sanfermines 2017, un toro de la ganadería de José Escolar se detuvo en seco en el primer paso de cebra de la Cuesta de Santo Domingo, a pocos metros de la salida, y decidió que ahí acababa su carrera. Lo tuvo claro. Dio media vuelta y enfiló el camino a los corrales, esta vez en el de los cabestros escobas, que salieron de su escondite asombrados y asustados ante un visitante tan inesperado. No fue fácil convencer al animal de que siguiera la estela de sus hermanos; desorientado y perdido, decidió finalmente pegarse a sus nuevos amigos y dejarse llevar hacia la plaza.