El pueblo venezolano se lanzó cívicamente a las calles lleno de esperanza a reafirmar su destino republicano. Qué contraste con la conducta del régimen perverso ayuno de respaldo popular y que malgasta unos 40 millones de dólares del Presupuesto para imponer una “inconsulta impopular”, con 5% de aprobación.
El inmoral y espurio CNE se robó la voluntad de la soberanía popular, la alternabilidad y expropió el derecho al sufragio. Exprópiese. No más elecciones directas, secretas y universales. Nos quitaron el año pasado el RR, las elecciones de gobernadores y este año las de alcaldes y concejales. Hoy la sociedad organizada hace valer el derecho al voto, a lo que se niega el CNE cuestionado.
Pocos pueblos han tenido el coraje de ser protagonistas de una jornada sin par, sin el apoyo del Estado, el régimen prosternó al ente electoral para que jugara suciamente a favor de su permanencia tramposa en el poder.
Hoy registramos a lo largo y ancho del país una explosión de soberanía popular, comprobamos como la gente sin ser acarreada ni denigrada y amenazada con excluirlos del vil clientelismo, sale a manifestar libre y espontáneamente su voluntad en defensa de la democracia que es su forma de vida, y urge recuperarla.
Los anales de la historia darán cuenta de la masiva participación mundial de venezolanos allende los mares, en plataformas petroleras y desde diversas porciones del planeta diciéndole Sí, Sí, Sí a tu país. Esta nueva realidad de madurez de una nación unida y aferrada a la república y negada a enterrarla como pretenden los miserables con una constituyente comunista anti histórica.
La sociedad se empina sobre las dificultades impuestas por un régimen brutal y corrupto y se ha organizado de tal forma que deja constancia mundialmente de la voluntad popular de una evidente mayoría.
Este músculo, esa madurez que palmariamente demuestra una sociedad que ha sido capaz de organizarse a contrapelo de la violencia ejercida por un régimen criminal, debe servir para conducirnos a una transición y marcar el rumbo de la construcción de un nuevo país sin las verrugas horribles del autoritarismo ramplón. Maduro es el presidente de un desastre. No hay una economía peor en el mundo. El clientelismo corrupto ha reducido a ciudadanos en supervivientes menos que habitantes. Contra tal ignominia nos rebelamos con un volcán de soberanía popular. El día y la noche; una sociedad pronunciándose sobre su destino significa la luz y un régimen impresentable tratando de ganar un tiempo que ya se le acabó es la sombra.
En este día luminoso la Virgen del Carmen bendice al pueblo venezolano, y será recordado como el 19 de abril y el 5 de julio, donde los hijos de la libertad se jugaron el futuro. Somos un pueblo insometible.
¡No más prisioneros políticos, torturados ni exiliados!