Miles de venezolanos en el exterior votaban el domingo en cientos de mesas electorales en todo el mundo en un plebiscito no vinculante convocado contra el Gobierno de Nicolás Maduro para exigirle al mandatario socialista elecciones presidenciales adelantadas.
Los venezolanos -masivamente opositores- expresaban su posición en restaurantes, plazas, clínicas, iglesias y sedes de partidos políticos en más de 200 ciudades, en una consulta que esperan se convierta en una demostración de fuerza.
El voto está diseñado para desafiar los planes del Gobierno de celebrar elecciones el 30 de julio para convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objetivo de modificar la carta magna.
En Madrid, donde se prevé que más de 30.000 venezolanos acudan a votar, entre ellos algunas figuras opositoras de alto perfil, las urnas abrieron a las 8 de la mañana hora local (0600 GMT).
“Le estamos diciendo una vez más a Nicolás Maduro que el motivo del problema que vive Venezuela lleva su nombre”, dijo a periodistas en la madrileña plaza de Colón Mitzy Capriles de Ledezma, la esposa del exalcalde de Caracas Antonio Ledezma, actualmente encarcelado en Venezuela por cargos de conspiración.
En Roma, cientos de venezolanos acudían a votar en la piazza de Risorgimento, donde el padre del opositor Leopoldo López, a quien recientemente se le permitió continuar con su condena bajo arresto domiciliario, posaba con algunos de sus compatriotas que le paraban para retratarse con él.
“El mensaje más claro que está mandando todo el mundo es que escuchen al pueblo. Es un gobierno sordo, que no escucha (…). El pueblo se manifiesta en las calles y el gobierno responde disparándoles”, dijo a Reuters Leopoldo López Gil.
En un ambiente festivo en medio de una intensa ola de calor en Madrid, cientos de venezolanos envueltos en banderas, con gorras con los colores nacionales o camisetas del equipo nacional se acercaban a las improvisadas mesas electorales, numeradas con grandes cartones escritos a mano.
“La gran mayoría de los venezolanos estamos en contra de este Gobierno. Venezuela está secuestrada por 10 o un 15 por ciento de la población que somete al resto”, dijo a Reuters Carlos Morazzani, un ingeniero venezolano de 50 años que llegó a Madrid hace tres años tras quebrar su empresa, relacionada con la industria petrolera.
Venezuela atraviesa una de las peores crisis de su historia reciente. A la aguda recesión económica -con inflación de tres dígitos y escasez de bienes- se le suma una ola de protestas antigubernamentales que acumula tres meses y casi 100 muertos.
“Llevo cuatro años sin ir a Venezuela. Lo que me ahorro en el viaje se lo envío a mi familia en comida, medicinas o productos de higiene porque o son muy caros o no los encuentran. Hace unos años le enviaba a mis sobrinas ropa, ahora ya no, ahora son productos de primera necesidad”, dijo Audry López, una venezolana de 49 años que participaba como voluntaria en el plebiscito en Madrid.
La oposición sostiene que Maduro ha llevado al país petrolero a una “dictadura” que apresa disidentes y viola los derechos humanos. Por su parte, el sucesor del fallecido Hugo Chávez asegura que sus adversarios sólo buscan desbancarlo.
Por Emma Pinedo y Isla Binnie/Reuters
Fotos Reuters