El día de ayer se llevó a cabo, con éxito y una ingente participación, la verdadera consulta al pueblo venezolano. En ella, los demócratas, decidimos consultarle al soberano; sobre la situación del país; determinar que tan dispuestos estaba a apoyar la Asamblea Nacional Constituyente y Estamental convocada por el gobierno de Nicolás Maduro, o por el contrario apoyar a la UNIDAD y su búsqueda por un Gobierno Democrático donde todos aquellos que deseen una mejor Venezuela tienen cabida. Cabe señalar, que el pueblo, demostrando civismo y buena disposición de ánimo respondió a nuestra convocatoria.
La participación resultante de este evento fue realmente asombrosa, a pesar de los agoreros que señalaban que sacaríamos una cantidad inferior de participantes, y aquellos que apostaban —y, sin duda alguna, aún apuestan— a una disminución en el número de participantes a raíz del desgaste resultante de estos meses de protestas. Me asombró, especialmente, la respuesta que llegó desde los venezolanos en el exterior. Se nota que, aquellos allende nuestras costas se fueron movidos por la necesidad y el desasosiego, pero aún les duele su patria. Algún día, más temprano que tarde, volverán y encontrarán una patria libre y democrática. Una, que de cierta forma, ellos ayudaron a construir con ese aporte realizado el domingo 16 de Julio.
Por su parte, nuestro evento compartió espacio —porque no podía ser diferente y menos tomando en cuenta lo infantil y caprichoso que es el Gran Hermano— con el simulacro electoral del PSUV. En este acto, decidieron poner a prueba la maquinaria electoral aportada por el CNE y como era de esperarse, se vanagloriaron de la rapidez de la participación, de la cantidad de pueblo que abrumó los sitios, pero obviaron varios hechos: 1) que se trataba de un sencillo saludo a la bandera, no la verdadera consulta. 2) no estaban activos todos los centros, por eso en algunos sitios dio la impresión de que se trataba de una avalancha de gente. Seguro el día de la consulta, el hecho de votar será rápido, pero la cantidad de personas en los centros de votaciones abiertos será esporádica. Pero, mejor dejemos la futurología para otros.
Volviendo al tema que anima nuestra disertación, he de comentar que la consulta destaca, no solo por su civismo, por el talante democrático de los participantes, sino porque hemos sido capaces, con menos propagandas y recursos, de preparar una consulta electoral tan solo en 2 semanas. ¡Toma ya! CNE una fiesta electoral de verdad no necesita tanto como lo hacen parecer.
Como sea, hemos marcado un antes y un después en la historia democrática venezolana, y con este acto hemos echado por tierra todas las acusaciones provenientes de los chavistas radicales. Quienes, sabiéndose perdidos solo saben descalificar al adversarios, o amenazar a los suyos, sin importar si dan al traste con décadas de ciega lealtad, con tal de alcanzar sus nefastos objetivos. Por ejemplo, ¿No dijo, cierto personero de la revolución, que a los empresarios que no participen en la elección de la ANC debía negársele el DICOM? O las declaraciones del presidente, cuando advirtió y recomendó a la administración pública y a la privada afín al gobierno, que todos los trabajadores TENÍAN, que ir a votar. ¿Qué eso? sencillo, el diablo pagándole mal a quienes bien le sirvieron…. Y es que son así: MALAGRADECIDOS.
Por su parte, nosotros, no hicimos nada parecido. Solo hemos conminado al pueblo a expresarse. En vez de amenazar, hemos hecho todo lo posible para construir confianza en el electorado, que destierren de sus mentes los fantasmas de la lista Tascón y la discriminación del gobierno. Nosotros construimos, antes que todo, CONFIANZA. Y el pueblo, gracias a la asombrosa participación, nos fue recíproco.
Ahora, con este punto a nuestro favor, hemos demostrado que tenemos gente. De verdad, somos la mayoría; muchos se preguntaran ¿Qué viene ahora? Pues sin duda en las próximas semanas pasarán muchas cosas. La primera, que es la crónica de una muerte anunciada, será que el chavismo llevará adelante su CIRCO de forma unilateral, a pesar de que la mayoría en país y el extranjero no están dispuestos a soportar ese acto. La segunda, será denunciar ese evento oscuro y pernicioso cuyo objetivo es nada más y nada menos que transformar a Venezuela en la nueva Cuba. Debemos llamar a la abstención, convencer a través de argumentos a aquellos que han decidido dar su apoyo a la locura. Por último, debemos retomar la calle, volver a una nueva agenda que sintetice las dos propuestas: acción de calle y actos de contundencia política y simbólica.
El momento idóneo es este, hemos demostrado que tenemos un musculo. Y como toda parte del cuerpo, es imperativo ponerla a funcionar, ejercitarla. Continuemos, por ello, en esta lucha, no claudiquemos porque la meta esta cerca. Ahora, hay que avocarse, sin caer en provocaciones y trampas por parte del ejecutivo, a convencer al pueblo para que no participe en la ANC Estamental.
En nuestra manos está el futuro del pueblo venezolano, por eso no podemos ceder.