Donald Trump conoce el funcionamiento de los mercados, es un empresario de larga data. Ahí consiguió la información para sus negocios, los suplidores, compradores y el financiamiento. Hoy como político y presidente de EEUU también los utiliza. Sabe del poder de la información en la toma de decisiones, locales y globales.
Por David Morán Bohórquez @morandavid
Luego del mensaje del plesbicito del #16Jul, donde 7,5 millones de venezolanos le dijeron NO a la única voluntad de Nicolás Maduro de instalar una constituyente cubana, al menos una docena de jefes de estado le manifestaron a Maduro que oyera la voluntad mayoritaria del pueblo y retirara la iniciativa.
Ese lunes, Trump, luego del comunicado de la cancillería de su gobierno, declaró desde su oficina presidencial “Ayer, el pueblo venezolano volvió a aclarar que representan la democracia, la libertad y el estado de derecho. Sin embargo, sus fuertes y valientes acciones siguen siendo ignoradas por un mal líder que sueña con convertirse en un dictador”
Y prosiguió “Estados Unidos no se quedará parado mientras Venezuela se desmorona. Si el régimen de Maduro impone su Asamblea Constituyente el 30 de julio, los Estados Unidos tomarán fuertes y rápidas sanciones económicas”
Trump puso a Maduro en un Catch 22
La frase “Catch 22” fue introducida por el novelista estadounidense Joseph Heller en uno de sus libros con el mismo título. La frase define una paradoja de lógica que surge de una situación donde un individuo necesita algo que solo puede obtener al no estar en la situación en cual se encuentra. Por ejemplo aquel que si no trabaja no obtendrá dinero para comer, pero si no come no tendrá fuerzas para trabajar.
Se usa para señalar situaciones donde la persona tiene conocimiento de ser en el momento o en el futuro, una víctima sin el control para evitar que suceda
La trampa del Catch 22 se refleja en el dilema que sufre Maduro: Al exigirle Trump que retire la constituyente o lo sanciona, mete a Maduro en la trampa. Si la retira queda como un cobarde ante Trump, pero como un demócrata que obedeció el mandato de 7,5 millones de venezolanos, dándole oxígeno a que termine su gobierno mediante elecciones. Si no la retira, queda como un “un mal líder que sueña con convertirse en un dictador”, perdiendo aún más apoyos internos, alentando a la oposición, y promoviendo futuras sanciones que ahora si estarán justificadas globalmente.
Trump también le habló a sus mercados
Como conocedor de los mercados, políticos y económicos, el anuncio de Trump buscó dejar satisfecho a su mercado político interno, a demócratas y republicanos sobre la causa venezolana. Y lo viene logrando. Se garantiza así el soporte legislativo y popular de las acciones que su equipo asesor le diseñe.
Y a los mercados económicos les lanzó una amenaza creíble, que podría tomar “fuertes y rápidas sanciones económicas”. Con eso es suficiente para que bancos de inversión, fondos de inversión, contratistas petroleros, y una larga lista de etcéteras lo piensen dos veces antes de verse tentados a obtener las fabulosas ganancias que la mafia en el poder les ofrece a cambio de sus servicios. Las sanciones a Irán y Rusia y el daño moral que ha sufrido Goldman están muy frescos. Sobre todo porque Trump no dijo a quiénes sancionaría.
Maduro no contestó y Moncada se apresuró
Ayer, en una cadena nacional pregrabada y difundida en diferido, Maduro estuvo dándole vueltas al asunto, sin tocar el núcleo. Se limitó a señalar de “extraño” al comunicado de EE.UU., a apelar al patrioterismo cuatriboleao, a decir que (por enésima vez) que revisaría “integralmente” las relaciones con EEUU y que el Consejo de Defensa Nacional quedaba activado de manera permanente ante las amenazas.
Previamente, el canciller Samuel Moncada, transmutado en vidente, declaró luego de leer un comunicado de Cancillería que repudiaba la declaración del presidente Donald Trump, y denunció que ese país “Ya no está amenazando a individuos, está amenazando al pueblo con sanciones económicas generales”.
Echaba así al traste la retórica oficialista reconociendo que las sanciones hasta ahora habían sido contra individuos, y no contra el país como lo afirmaban. Pero adivinando el futuro habló de “sanciones económicas generales”, algo que no sucederá.
Vean porqué
Las sanciones nos las impuso la mafia inepta y ladrona
Sancionar implica una pena, un castigo, una restricción, una pérdida. Y todas ellas se las ha inflingido la mafia en el poder al pueblo venezolano. Lo han hecho en muchos sectores, pero utilicemos como ejemplo el petrolero y su empresa estatal Pdvsa.
Hoy Pdvsa es una empresa en la ruta a la quiebra. Endeudada, sin crédito financiero ni comercial, sin capital humano, sin inversiones, con los activos sin mantenimiento, sus reservas a la baja, y manejada por una mafia inepta y corrupta.
Sólo en los últimos 30 meses el país ha dejado de percibir 9 mil millones de dólares por caída en la producción petrolera. Pdvsa debe cancelar de hoy a diciembre más de 4.000 millones de dólares, que no los tiene, y que posiblemente la lleve a dar un default financiero, uno más, ya que ha hecho muchos default a proveedores comerciales.
La producción petrolera de Venezuela cae sostenidamente desde el año 2004
En el año 1960 el país produjo 186 barriles de petróleo por habitante, ya en el año 1998 produjo 53 barriles por habitante, y en manos de la mafia, en el año 2015 apenas 27 barriles de petróleo por habitante.
Ver también Venezuela ya es marginalmente petrolera
Después de malbaratar el súper boom de precios petroleros -que duró una década- en un festín de proyectos inconclusos, subsidio y corrupción, la industria petrolera nacional está agotada y sin aliento.
Veamos cómo nos ha ido con Estados Unidos
En el año 2004, ya con una Pdvsa roja rojita, se exportó un total promedio de 1,55 MMBD de petróleo y productos derivados a los mercados de EEUU. Para el año 2016, esa cantidad se había desplomado a 796 MBD de petróleo y productos derivados.
A su vez, las importaciones de petróleo y productos derivados desde Estado Unidos comenzaron a aumentar intensamente. Incapaz de producir localmente crudos livianos y medianos en la cantidad requerida y por el pésimo estado de las refinarías locales que se encuentran trabajando a un 35% de su capacidad instalada, esas importaciones que fueron en promedio de 7 MBD en el año 2004, se elevaron a 75MBD en el año 2016. Sólo en combustible diesel, se imortaron 30 MBD en el mes de abril de 2017.
¿Para qué aplicar sanciones, como no comprarle crudo a una empresa en la vía a la ruina sin que cause grandes daños colaterales adicionales a la población venezolana? ¿A una empresa que sus propios administradores están quebrando?
No lo harán.
Por donde vienen las sanciones es sobre las acciones de venezolanos que si le causan grandes daños a la población estadounidense, como el tráfico de drogas, la corrupción y el lavado de dinero sucio, entre otras.
Esas van contra los individuos, que han sido pocos hasta ahora. Con Trump, que si conoce los mercados, se incrementarán y mucho. Y los mercados lo apoyarán.
En fin, la mafia roja rojita se chacumbelizó