Jean-Baptiste Poquelin, apodado Moliere, pronto comprendió que la comedia es la mejor forma de entender la vida y el poder y desnudar la hipocresía. “Corrige las costumbres riendo” sentenció. Por eso prefiero mil veces un análisis de Claudio Nazoa o Laureano Márquez, que cualquiera que nazca del hígado de los apocalípticos, para quienes el plebiscito fue “la fiesta de la MUD, un evento apocado, el prólogo de una negociación o un mandato que de no cumplirse en horas, será la burla al pueblo venezolano…
Toda una comedia de “falsos devotos del poder y de la integridad ciudadana”, que nunca han tenido un gesto de nobleza con la pobreza; nunca han elevado su voz en defensa de sus propios empleados, quizás ni han salido de su casa para atender una protesta, pero pasan el día entero en su cuenta de twitter, whatsapp o Facebook, buscando cómo convertirse en los evangelistas, cuando ni un trozo de pan comparten con su mamá.
El mandato del 16J que DESLEGITIMÓ AL GOBIERNO Y SU CONSTITUYENTE, está en pleno desarrollo. La agenda está montada y siendo ejecutada. La Fundación de la república NO ES TRANSICIONAL. Es progresiva y firme. Es restituir los poderes públicos primero. Producir su reconocimiento interno y externo, y a partir de ahí producir las decisiones jurídicas y políticas que nos lleven a un nuevo gobierno. No permitamos que los abedules impidan ver los naranjales. No más fracturas entre nosotros.
Vea el análisis de José Vicente Carrasquero y Orlando Viera-Blanco. En el’Micro Hacia la Venezuela Ideal’