Cuando ya pasaste por la adolescencia y viviste la experiencia de tu primer beso, es común que comiences a ver como algo normal la antigua práctica de intercambiar fluidos de boca a boca mientras tu lengua juguetea con la de la otra persona. Incluso, puede ser que durante algún tiempo hayas estado besando a diestra y siniestra, pensando que lo haces como toda una profesional. Tal vez no.
Confesión: hacer nuditos con el tallo de la cereza no te hace experta en el arte de “besuquear”. Y sí, nadie nace sabiendo, pero estos tips serán todo lo que necesitarás recordar la próxima vez que estés en medio de un beso apasionado.
1. Olvidas guiar con tu lengua
Los besos pueden ser mágicos cuando te conectas con la persona que tienes enfrente. Una lengua húmeda puede ser tu mejor guía cuando comienza un beso; después de esto, ambos encontrarán su ritmo.
2. Te pones intensa y das besos de telenovela
Sí, todas hemos visto esos besos intensos de novela o de película de Nicolas Sparks. Siendo realistas, no todo beso tiene que ser tan gráfico. Procura no comerte a tu pareja de un bocado.
3. No tienes control de tu saliva
Evita volverte una fuente humana, incluso cuando todos producimos diferentes cantidades de saliva, es importante, por lo menos, intentar controlar los fluidos.
Procura no empujar tu saliva hacia afuera, y date un respiro de vez en cuando para mantenerte al pendiente de no terminar con la barbilla mojada.
4. No besas otras zonas de su rostro
Después de un rato, besar la boca termina siendo aburrido e incómodo. Practica un par de besos intensos y de pronto sepárate, besa sus mejillas, la frente, cerca del cuello y en la comisura de los labios. No solo será tierno, sino que tendrás a tu chico deseando más besos así.
5. Tu mente está en otro lado
¡Error! Si no estás de humor para besos, no lo hagas. No hay nada que hable peor de una pareja que esa que parece que te está besando a la fuerza o con flojera.
Se supone que los besos son algo que ambas partes deben querer y desear, no una obligación por cumplir.
6. A veces succionas muy fuerte y haces ruidos incómodos
Sí, a todos nos pasa hacer de pronto ruidos extraños. En la medida de lo posible, intenta callar esos sonidos de cuando abres un envase cerrado al vacío.
7. Abres los ojos
¡No se vale espiar! Es fácil sentir cuando alguien te observa y mientras estás besando a la persona que quieres, sentir su mirada puede resultar incómodo.
Además de ser una extraña falta de respeto porque puede que la otra persona esté concentrada sintiendo todo el amor del mundo mientras tú piensas en nada…
8. Te olvidas de usar tus manos
No te quedes ahí solo con tu boca succionando cual aspiradora, recuerda que tienes manos y estas pueden ayudar a crear un lenguaje corporal con tu pareja.
¿Quieres besos tiernos? Pon tus manos en su rostro y aprieta un poco sus mejillas. Dile que lo quieres con caricias en su cabello y bajo sus oídos. Todo se trata de comunicarse. Utiliza el tacto para decir lo que sientes.
9. Muerdes demasiado
Cuidado con esos ataques de piraña, un pequeño mordisco en el labio puede ser tan tierno como seductor, pero evita exagerar u olvidar que entre tus apasionados besos hay dientes y estos pueden llegar a estorbar un poco.
10. No respiras
Si estás teniendo problemas para respirar, lo más probable es que ambos tomaron una posición incómoda. En esos casos, respira, tranquila, sepárate un momento y sonríe, todo va perfecto.
11. Lo peor: no disfrutas tu beso
El 99.99 por ciento de los besos más románticos y apasionados son los que ambas bocas disfrutan. En ese momento olvídate de lo demás y disfrútalo.
Nota tomada de Okchicas