Dar a luz bajo tierra en Siria

Dar a luz bajo tierra en Siria

Siria

Parir bajo tierra es la alternativa que quiere ofrecer un hospital subterráneo en la ciudad de Idleb para proteger al personal médico, embarazadas y bebés de los ataques y bombardeos, habituales contra centros sanitarios en Siria.

El hospital materno-infantil Avicena se encuentra ya en las últimas fases de su construcción y pretende convertirse en un oasis de seguridad en mitad de la guerra para parturientas y otros pacientes.

El centro “tendrá dos plantas subterráneas donde se desarrollará el trabajo médico, y entre siete y ocho a ras de suelo que servirán de escudo y estarán vacías”, dice a Efe por teléfono el responsable del proyecto, el médico sirio Jaled al Milayi, director de la Organización Internacional de Socorro Médico Sostenible (SIMRO, en sus siglas en inglés).

Para su creación, se ha aprovechado un edificio ya existente, que en el pasado albergaba el antiguo Hospital Nacional de Idleb, con dos pisos subterráneos que se están rehabilitando y fortificando.

“Estar bajo tierra es la estrategia más segura, con planes específicos para evacuar al personal y a los pacientes en caso de ataque. Obviamente, tampoco es seguro al 100 %. No hay nada seguro en Siria mientras los rusos continúen destruyendo todo”, apunta el facultativo, que reside en Turquía y viaja quincenalmente a su país.

Aparte de esta protección, Al Milayi ha informado de la existencia de “una instalación humanitaria” y de sus coordenadas en el lugar a las agencias de la ONU y la coalición internacional para que compartan los datos con las partes del conflicto.

“Tienen que saber que ahí hay un hospital, que ofrece un servicio humanitario”, subraya.

La urbe de Idleb ha sido elegida como base, porque se ubica en el centro de la provincia homónima, “donde hay cinco millones de personas privadas de asistencia sanitaria, escasez de servicios y una disminución del acceso a los hospitales de Turquía”, fronteriza con esta región siria, enumera Al Milayi.

El médico descarta que el proyecto pueda verse afectado por el hecho de que el Organismo de Liberación del Levante, la alianza de la exfilial siria de Al Qaeda, se haya hecho con el dominio de la ciudad de Idleb hace pocos días tras combates contra la facción Movimiento Islámico de los Libres Sham.

“El control militar de las zonas opositoras nunca ha afectado hasta ahora la vida civil -zanja-. Los civiles tienen una voz alta y necesitamos continuar apoyándoles más que antes”.

En esa provincia y en áreas bajo control opositor del oeste de la vecina Alepo y el norte de Hama, hay actualmente centros sanitarios básicos, “que pueden atender embarazos normales, e incluso a veces hacer cesáreas o practicar operaciones ginecológicas más avanzadas”.

“El objetivo del hospital (Avicena) es aumentar la capacidad y el número de camas disponibles y, al mismo tiempo, ofrecer un sitio seguro para los trabajadores sanitarios y los pacientes -mujeres y niños”, indica Al Milayi.

Actualmente, en caso de complicaciones, muchos enfermos tienen que viajar a Turquía para recibir tratamiento, “lo cual es muy caro y no siempre está disponible. La alternativa es sufrir durante esas complicaciones, que en ocasiones pueden llevar a la muerte”, advierte este médico, originario de Alepo.

Al Milayi todavía no sabe cuál será el número de camas que tendrá el centro, pero como será un “hospital de referencia” tendrá entre 300 y 400 empleados, entre personal sanitario y administrativo.

En estas etapas finales del proyecto, este médico está embarcado en una campaña para recaudar los 100.000 dólares necesarios para terminarlo, aunque rechaza ofrecer cifras exactas sobre su coste total y habla de “cientos de miles de dólares”.

En este afán está apoyado por la ONG The Syria Campaign, cuya representante Kat Fallon explica a Efe por internet desde EEUU que han lanzado una campaña de microfinanciación colectiva para recolectar esa cantidad.

“Se necesita para terminar la fortificación del hospital y otros aspectos, como la ventilación”, destaca.

Fallon recuerda que, según un informe de varias ONG médicas sirias, con sede en Turquía, “ningún trabajador médico ha fallecido en un ataque directo contra hospitales subterráneos en Siria, por lo que es algo que salva vidas”.

Desde el inicio del conflicto en marzo de 2011, al menos 814 empleados sanitarios han muerto en el territorio sirio. EFE

Exit mobile version