A cinco días que el régimen de Venezuela anunciara una medida cautelar a favor del líder opositor Leopoldo López, funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) detuvieron en una concurrida avenida de la ciudad de Valencia —a menos de cuatro millas donde el pasado fin de semana hubo una sublevación militar— a un joven de 31 años llamado Carlos Graffe. Así lo reseña elnuevoherald.com
Por JOHANNA A. ÁLVAREZ
Graffe no tiene el peso político de Leopoldo López, que fue un precandidato presidencial y uno de los mayores adversarios del ex gobernante Hugo Chávez, pero su activismo de calle ha sido significativo en Carabobo, el tercer estado más poblado del país y uno de los pocos que ha cambiado entre las manos del chavismo y la oposición durante los años de la revolución bolivariana.
El joven dirigente de Voluntad Popular cumplirá en unos días su primer mes en prisión, tras haber sido presentado ante un tribunal militar y enviado a la cárcel militar Ramo Verde, el mismo lugar donde cumplieron “condena” Iván Simonovis, el general retirado Raúl Baduel, los ex alcaldes Leopoldo López, Daniel Ceballos, Enzo Scarano y el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma.
Tras varios intentos, sus familiares lograron verlo por primera vez el pasado viernes, tras 22 días de incertidumbre y angustia.
Oswaldo Graffe, su padre, utilizó Twitter para alertar sobre su estado de salud. “La complicación renal (…) está presente. Su salud nos preocupa, debe tener cuidados necesarios y evitar mayores riesgos”, escribió el 4 de agosto.
Por su parte, la madre del joven dirigente, Elsa Hernández, contó a el Nuevo Herald que el joven no se ha dejado doblegar por la detención. “Lo noté bien, tranquilo. Me dijo ‘mami, esto es una etapa de la lucha’ ”, indicó sobre una conversación telefónica que tuvieron unos días después del súbito arresto.
“Él me dijo: el fin no es la cárcel, es recuperar la democracia y es ahí donde hay que enfocarse”, agregó Hernández.
Pese a la fortaleza que transmite el joven, no es fácil para un padre ver a su hijo tras las rejas. Hernández recalcó que su “Carlos Enrique”, como ella le dice, le da fuerza. “Esto es muy duro, pero bueno, no puedo caer. Tengo que entender que esta la lucha de él y que tenemos que acompañarlos y como ciudadanos, tenemos que seguir adelante”.
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