Para comprar los uniformes de la temporada escolar 2017 – 2018, los representantes de los estudiantes deben privarse de gastos extras en su presupuesto, como por ejemplo, el disfrute del periodo vacacional, bien sea en viajes o en actividades fuera de casa, que representan importantes gastos. Así lo reseña elimpulso.com
Por Angélica Romero Navas
Así lo indicaron los padres consultados por el equipo de EL IMPULSO, quienes manifestaron que los uniformes son una necesidad básica y que debido a su alto costo, sacrifican los juguetes, salidas o planes vacacionales para sus hijos.
Entre julio y septiembre, las tiendas de confección de uniformes son las más visitadas, pero con los precios actuales, no todos los padres pueden darse “el lujo” de comprar conjuntos completos ni en cantidades, sino que compran sólo las piezas más necesarias.
Cuando el estudiante pasa de nivel, a primaria o bachillerato, los gastos son mayores por el cambio de atuendo escolar.
Aunque las fábricas preparan su inversión desde el año anterior, a fin de cubrir la demanda de la temporada, no compran la misma cantidad de telas por la variación semanal de los precios.
Margarita de Medina es la propietaria de la tienda Inversiones Guaremal, ubicada en la calle 28 con carrera 16, dice que sus proveedores en Caracas y Valencia, no han tomado pedidos en las últimas semanas por la variación del dólar no preferencial.
Además, las textileras tampoco tienen suficiente disponibilidad de algodón, gabardina y cuellos para las chemise, por lo que hay poca disponibilidad de uniformes, especialmente de las chemises y camisas color beige.
Este año ofrecen la mitad de la mercancía que ofrecieron el año anterior. Las ganancias son menos e incluso a veces son insuficientes para reponer la materia prima.
Luego de recorrer varias tiendas y visitar a los buhoneros en el Boulevard de la avenida 20, la señora María Tovar prefirió comprar los uniformes de su hijo (diario y deportivo) directamente en la casa que los confecciona, la convenció la calidad de las telas, pues aunque pudo ahorrar parte de su presupuesto, “las chemises y camisas de colores tienden a despintarse rápido y toca comprar otro a mitad de año”.
Una de las piezas más costosas es el pantalón de gabardina de niño y caballero, por su confección más delicada, con bolsillos atrás y trabillas más gruesas, no todos los fabricantes pueden hacerlo. Este atuendo puede encontrarse desde 57.000 hasta 90.000 bolívares.
La crisis de la industria textil ha golpeado fuertemente el bolsillo de los representantes. En la temporada 2016 – 2017, una camisa de popelina costaba 3.500 bolívares, y este año su valor aproximado es de 19.500 bolívares.
Las chemises azules y beige, que costaban 5.000 bolívares, ahora valen 21.500 bolívares.
Los monos deportivos azul marino y rey que en la temporada escolar anterior se conseguían en 5.000 bolívares ahora están por el orden de 37.000 bolívares.
En promedio, un uniforme escolar para niño sin contar franelillas, medias, zapatos casuales ni deportivos, puede pasar los 135.000.