La última decisión de la ilegal ANC, tratando de desconocer los 14 millones de votos representados por los diputados de la Asamblea Nacional, las detenciones ilegales y arbitrarias de alcaldes, la escandalosa destitución de la Fiscal General Luisa Ortega Díaz, la persecución a quienes piensan distinto, tienen como objetivo cerrar la vía electoral y enfriar la calle.
Maduro no quiere que los demócratas participen en las elecciones regionales porque a pesar de las trampas y abusos, la Unidad va a ganar en todos los estados. A diferencia de la “elección” de la ilegal asamblea constituyente, los comicios regionales son constitucionales y estaban en el cronograma electoral.
El objetivo principal es y será sacar del poder a Maduro y su casta incompetente y corrupta pero también hay que derrotar a los pequeños dictadores de cada región. Los gobernadores del oficialismo son corresponsables en la violación de derechos humanos y de la muerte de muchos venezolanos.
Tal vez desde Caracas no se perciba suficientemente lo que significa para los habitantes del interior del país estar en manos de estos aprendices de tiranos que mandan sobre vidas y bienes de millones de personas sin ningún contrapeso y muchas veces sin que ni siquiera sus desmanes aparezcan en los medios regionales ni nacionales y tampoco lleguen a las listas de temas más comentados (trending topics) en las redes sociales.
La victoria de las fuerzas de la resistencia democrática en las elecciones regionales será una poderosísima palanca para que se realicen las presidenciales en 2018 y así, con el cambio en Miraflores, iniciar entre todos la etapa de reconciliación y reconstrucción de Venezuela.
Desanimarse no es una opción. No votar y no involucrarse en las convocatorias a la manifestaciones de la MUD, no lleva a nada.
Hay que perseverar en la protesta desde todos los espacios disponibles: la calle, la comunidad, las instituciones, los medios de comunicación tradicionales y digitales y también las redes sociales, tan accesibles a todos, cuyo poder muchas veces es desperdiciado cuando se hacen eco de informaciones no verificadas que se vuelven contra la causa por la que luchamos.
Las regionales permitirán llevar el mensaje de cambio a las comunidades que no se movilizaron durante las protestas, en parte porque la censura de los medios no permitió que la información llegara. Activar estas zonas es fundamental.
Siendo minoría Maduro y su casta, tratan de meternos en la calle ciega de una mezcla entre el sistema autocrático cubano y el nicaragüense, pero no lo podrán hacer porque la fuerza de la mayoría, unida y con esperanza, de manera silenciosa y contundente, ha decidido realizar a través de las elecciones regionales, una rebelión de los votos para detener las ambiciones ilimitadas de poder de Maduro.
Sería conveniente que pudiéramos, por la vía del consenso o a través de las primarias que se realizarán el próximo 10 de Septiembre, tener candidaturas unitarias en cada uno de los estados. Sin embargo, más allá de los nombres de los candidatos y candidatas, lo importante es que logremos con ellos articular la organización y la movilización de la resistencia democrática, sumando con votos y amplitud todo el descontento del país con el desgobierno de Maduro, responsable del hambre, la falta de medicinas, la inseguridad, y en general de la anarquía, la ruina y la sistemática violación de los derechos humanos que padecemos.
Por encima de los fraudes, de la represión, incluso de la posibilidad de que sean eliminadas por el régimen, las elecciones regionales son un espacio para la confrontación política que no podemos abandonar.
Por lo tanto, en estas elecciones se necesita que todos los ciudadanos seamos los abanderados, los protagonistas de un proceso político que aísle y saque del gobierno a los usurpadores que, actuando como tiranía, quieren aplastar la Constitución y la Democracia.
El nombre del candidato no es lo determinante. Lo importante es que abrace de manera auténtica la bandera unitaria para derrotar la dictadura del hambre y la corrupción.
Todos somos el candidato. La fuerza es la Unión.