“Lo que tenemos en Venezuela en un concierto de grises, retóricos, histriónicos e insignificantes.”.
Hola que tal mi gente, durante los últimos años se ha ido gestando una forma de repudio a la clase política, sus discursos anquilosados, abiertos casi a cualquier interpretación y esa sensación de que realmente no hacen nada. Ha pasado en Guatemala, Francia, Estados Unidos y México, el hartazgo se ha transformado en un grito de que hay que dar la oportunidad a otros. Que la sociedad ocupe los espacios públicos y que los gobernantes dejen de hablar en político y para políticos.
Así, en Guatemala llegó a la Presidencia Jimmy Morales. Un hombre que basó su carrera política en el humorismo.
En Francia ganó una figura muy atractiva para los medios de comunicación, Emmanuel Macron, quien parece un personaje de la alta sociedad europea, de esos que alimentan la prensa del corazón, con un modelo de político que popularizó Barack Obama y que ha seguido con gran éxito el primer ministro y rock star de Canadá, Justin Trudeau. Si bien se trata de políticos, suelen tratarse de vestir de pueblo y en realidad terminan con una capa de rock stars. Del Presidente francés destacan mucho más sus microgroserías al Presidente de Estados Unidos o su brutal gasto en maquillaje, y Trudeau se ha convertido en el amor platónico de muchas. Algo muy significativo de Obama es que tiene tres veces más seguidores en Twitter que su sucesor.
El caso de Donald Trump parecería diferente. Un exitoso empresario que, entre sus principales características, está el gusto por generar polémicas al tratar de establecer su verdad. Para muchos votantes eso implicaba una esperanza: se dejaría de hablar en términos políticos y se comenzarían a tomar acciones ejecutivas como ocurre normalmente en las empresas.
Los resultados que vemos en esos países es que la gente está buscando algo distinto, la gente siempre busca algo y con un mundo tan globalizado, con redes sociales dominando el aspecto de percepción de las personas, ahora la población conoce más a quien quiere para que maneje los destino de su país, ahora la gente conoce, y no vota por el primero que ve en un afiche montado en un poste de electricidad.
Históricos, fastidiosos y monótonos se tornan los políticos tradicionales, aburren de mas, y la población necesita que aparte de que le resuelvan los problemas también traigan frescura a la política, en Venezuela después de 18 años de este régimen y sus compadres de la oposición, ya la gente reclama algo distinto, aparte de la crisis que tenemos en lo económico, salud, alimentación, inseguridad y un largo etc., tenemos crisis de dirigentes, lo que hay es una cantidad de loros de lado y lado, aunque ud vea jóvenes en la política, lucen viejos en el discurso, y hasta en la manera de actuar, por eso es que la gente no se ve atraída por ningunos, aparte de la falta de coherencia, un día dicen que luchan por ayuda humanitaria, por salir del régimen, el 350, liberar presos, elecciones generales, y al otro día están con elecciones regionales, prohibido hablar mal del cne porque eso trae abstención, ¿qué les pasa? Típicos de los políticos tradicionales, y eso lo repiten los más jóvenes, en definitiva todos lucen incoherentes para la población y aunque los vea con cara de muchachos, ya lucen agotados, por eso el país necesita algo distinto y en medio de toda esta crisis lo está buscando así como lo leen, los está buscando.
Lo que tenemos en Venezuela en un concierto de grises, retóricos, histriónicos e insignificantes.
El desprestigio de los partidos políticos y las formas tradicionales de hacer política están generando verdaderos problemas para la sociedad. Es momento de preservar las instituciones democráticas para evitar un retroceso mayor.
@joseluismonroy