Nicholas Rasmussen, director del Centro Nacional de Contraterrorismo de EEUU(NCTC, por sus siglas en inglés), parte de la Oficina de la Dirección Nacional de Inteligencia (ODNI), dijo a los senadores estadounidenses esta semana que entre los esfuerzos de Hezbollah está el despliegue de agentes en Perú, reseñó Infobae.
Forma parte del objetivo ya conocido de generar un cuadro de inestabilidad en la región,sumado a sus esfuerzos en Siria, su apoyo logístico a grupos terroristas en Irak y Yemen, pero también en Azerbaiyán, Egipto, Tailandia y Chipre.
Según Rasmussen, el grupo también ha dedicado importantes recursos a expandir su arsenal, incluyendo avanzadas capacidades de cohetes y misiles que amenazan intereses a lo largo del Mediterráneo oriental y en toda la Península Arábiga.
Los comentarios del especialista ocurrieron durante una audiencia celebrada el miércoles pasado por la Comisión de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado. El jefe del NCTC reconoció que Hezbollah también opera en los Estados Unidos.
“En los Estados Unidos, el arresto hace dos meses de dos agentes de Hezbollah por parte del FBI fue un recordatorio rotundo de la intensión del grupo de mantener una infraestructura de ataque global que representa una amenaza permanente para nuestros intereses”, señaló.
El Departamento de Estado de EEUU registró a su vez los elementos que dan cuenta de las actividades de Hezbollah en Perú.
“En octubre de 2014, la policía peruana arrestó a Muhammad Ghaleb Hamdar, un ciudadano libanés sospechoso de tener vínculos con Hezbollah. Según los informes, había restos de explosivos en su departamento”, señaló el departamento de Estado en sus informes anuales sobre el Terrorrismo.
“En abril de 2016, un juez decidió ampliar el período de detención preventiva de Hamdar otros 15 meses”, continuó. “En octubre, el Primer Fiscal Superior Público en lo Criminal solicitó una condena de 30 años de prisión por Hamdar por cargos de terrorismo y falsificación de documentos”.
Por su parte, las autoridades argentinas vincularon al grupo Hezbollah a los fatales ataques contra la comunidad judía registrados en ese país, incluyendo la explosión de 1994 de la Asociación Mutual Argentino-Israelí (AMIA), el ataque terrorista más mortífero en el hemisferio occidental antes del 11 de septiembre de 2001.
En 2016, Michael Braun, ex jefe de operaciones de la DEA, dijo que Hezbollah estaba generando cientos de millones de dólares de un “esquema de lavado de dinero de cocaína” en América Latina que “provee una fuente interminable de financiamiento” para sus operaciones terroristas en Siria y en otros lugares.
En ese cuadro, Perú es considerado uno de los principales países productores de cocaína de América del Sur.
Aunque el Ejército estadounidense y el departamento de Estado vienen advirtiendo desde hace mucho tiempo sobre la amenaza que tanto Irán como Hezbollah representan para el Hemisferio Occidental, lo cierto es ningún país de América Latina ha registrado a la milicia libanesa como grupo terrorista.