Miles y miles de personas participaron el sábado en manifestaciones en Madrid y Barcelona en respuesta a la crisis catalana, reclamando la unidad de España o el diálogo entre el gobierno español y el catalán.
En la enorme plaza Colón de Madrid, presidida en su centro por una bandera española de 50 metros, una multitud con banderas españolas, en mástiles o anudadas como pañuelo, coreó lemas como “Cataluña es España, no nos engañan”, “Puigdemont, a prisión” -en alusión a Carles Puigdemont, el presidente y “Con golpistas, no se dialoga”.
La manifestación fue convocada por la Fundación DENAES, “para la defensa de la Nación Española”, cuyo portavoz, Iván Espinosa, explicó a la AFP que “hemos estado 40 años cediendo terreno al nacionalismo”.
“A cambio el patriotismo parecía olvidado, parecía una cosa de extremistas, de otra época”, añadió. El nuestro “no es un patriotismo anticalán, surge en defensa y reacción a un movimiento excluyente”.
Rocío Villanueva, una madrileña de 30 años, dijo a la AFP estar ahí para “mostrar la unidad de España”.
“Me da pena todo lo que está pasando, y me da pena de que los catalanes sientan que necesitan independizarse porque España les ha tratado bien”, sostuvo.
“Estoy aquí porque no quiero que me pongan un muro de Berlín para ir adonde tengo a mis muertos y mi familia”, dijo Octavi Puig, de 62 años, un jubilado catalán que vive en Madrid.
Los manifestantes ocupaban las calles adyacentes -Goya, Génova-, pero no hay de momento cifras oficiales.
– ¿Hablamos? –
Un poco más abajo, en La Cibeles, frente al ayuntamiento de Madrid, se manifestaban miles de personas convocadas por el recién nacido movimiento cívico Hablemos/Parlem (hablemos en catalán), que defiende el diálogo.
Los participantes iban vestidos de blanco, sin banderas, aplaudiendo y levantando las manos, pidiendo “un diálogo antes de que nos perdamos”, dijo Yurena Díaz, una médico de 36 años.
“Se ha aumentado mucho la tensión y la violencia. Cada vez va a peor. Da mucho miedo tanta violencia. Se he generado mucho miedo y eso es peligroso”.
En la plaza Sant Jaume de Barcelona, presidida, frente a frente, por el ayuntamiento y el palacio de la Generalitat -el gobierno catalán-, también se reunieron, convocadas por Hablemos, cientos de personas en defensa de una solución pactada.
Ana Chueco, empresaria catalana de 51 años, vestida de blanco y con las manos pintadas de blanco, explicó: “no queremos banderas, no queremos fracturas, queremos que los políticos se sienten a hablar”.
Las manifestaciones se producen en un contexto de presión a Puigdemont para que abandone su proyecto de declarar unilateralmente la independencia, con la salida de la región de compañías emblemáticas como como CaixaBank, Gas Natural o Banco Sabadell.
La fuga aumenta la inquietud entre una sociedad catalana dividida por una apuesta independentista cuya escalada ha sumido a España en su peor crisis política de la era democrática.
El gobierno de Mariano Rajoy se niega a aceptar el diálogo o una mediación alegando que Puigdemont vulneró la legalidad al organizar el referéndum de independencia, reprimido finalmente por la policía, y Puigdemont no da signos de abandonar su objetivo.
El domingo, una inmensa marcha por la unidad de España fue convocada en Barcelona contra las aspiraciones independentistas, con la participación de personalidades como el premio Nobel Mario Vargas Llosa.
– Independencia inviable –
El presidente catalán que inició en el pasado el proceso secesionista, Artur Mas, dijo que Cataluña todavía no cuenta con lo necesario para ser independiente de España, en una entrevista con el diario británico Financial Times.
“Para ser independientes hay algunas cosas que todavía no tenemos”, admitió Mas, mientras su sucesor Puigdemont se apresta a declarar unilateralmente la independencia, si se ajusta al plan definido antes del referéndum inconstitucional del pasado domingo.
“La apuesta por el diálogo (…) tiene que estar presente. Nosotros no nos negaremos nunca”, dijo este sábado a Catalunya Radio Jordi Cuixart, dirigente de la influyente organización independentista Òmnium Cultural, quien el viernes declaró ante un alto tribunal en Madrid por presunta sedición.
Pero también “seremos exigentes con el compromiso de que se le tiene que dar cumplimiento a la ley del referéndum”, que pide al Parlamento catalán declarar la independencia en los días siguientes a la proclamación de los resultados del referéndum del 1 de octubre, lo que aún no ha sucedido.
Sí se divulgaron el viernes los resultados oficiales: un 90,18% votó por el sí a la independencia, con una participación del 43,03%.
Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionistas son mayoritarios, la tarde del martes 10 de octubre, para comentar la “situación política”. De momento se ignora si el Parlamento declarará ahí la independencia.
AFP
Fotos Reuters