“Lo primero que debemos resaltar, es que lo decretado es un ajusto del salario mínimo, pero no es un incremento de sueldo. Es un plan a cuenta gotas” afirmó Servando Carbone coordinador nacional de la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (UNETE), y del sector público.
Nota de prensa
Las declaraciones fueron ofrecidas en el marco sobre el último ajuste salarial hecho por el presidente Nicolás Maduro, donde el ingreso integral básico quedó ubicado en 456.507 bolívares.
Para Carbone estamos en presencia de un Estado que “aspira ejecutar políticas de control social que generen su capital político basado en la dominación”. Detalló que esas medidas se ven reflejadas cuando las personas esperan en las urgencias; así como, en las filas frente a las panaderías o para comprar pollo, entre otros.
El líder sindical precisó que “el otro problema que tenemos, es que el Gobierno sigue profundizando en lo que llamamos la bonificación del salario. Existe una diferencia entre el salario mínimo y la bonificación de más de 100 mil bolívares que se verá reflejado en las prestaciones sociales”.
Por tanto, Carbone aclaró que “lo grave de los ajustes, es que no son un obsequio de navidad, sino una obligación suscrita en los artículos 81 y 82 de la Constitución que permitirán mejorar la calidad de vida”.
“El Estado quiere tener un salario inferior y una bonificación superior que no se ve reflejado en las prestaciones ni en el bono de fin de año ni nada. Los ajustes no concuerdan a la canasta básica familiar”, agregó.