Octubre atravesó un proceso de elecciones para elegir Gobernadores y en el ínterin no faltaron los ataques a la prensa, cierres de medios por presiones políticas, amenazas, persecución no solo a trabajadores de medios, sino a ciudadanos que hacen uso de su legítimo derecho a comunicarse, lo que debió ser un proceso democrático se convirtió en una excusa para ir tras quienes proveen la información.
El último trimestre del 2017 inició con la limitación de la capacidad jurídica sin aprobación de un tutor legal del director del Diario TalCual, Teodoro Petkoff. La decisión fue tomada luego de que un juez realizara una visita a la residencia del periodista en compañía de médicos, psiquiatras forenses y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) fuertemente armados.
Una justicia excedida en funciones, que arrebata las competencias civiles de un ciudadano, también tiene cabida para encarcelar a una trabajadora por difundir una fotografía que denuncia la realidad de las salas de parto en Venezuela.
Es el caso de de Lenny Josefina Martínez González, la trabajadora social detenida y llevada a los calabozos del Servicio Bolivariano de inteligencia Nacional (Sebin), por fotografiar a varias mujeres dando a luz en los bancos de la sala de espera del Hospital Dr. Pastor Oropeza, perteneciente al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), en Barquisimeto.
Censurar a quien visibiliza la grave crisis que atraviesa nuestro sistema de salud no acaba con el problema, hoy Lenny es otro caso de las detenciones arbitrarias aplicadas por el Estado venezolano, así como Jesús Medina, Roberto Di Matteo y Filippo Rossi, los tres detenidos el viernes 6 de octubre, cuando ingresaban al Centro Penitenciario de Aragua, conocido como “Tocorón”, para realizar una investigación.
Los periodistas fueron trasladados al comando 421 de la GNB ubicado en las inmediaciones del centro penitenciario, donde permanecieron 48 horas detenidos. El domingo 8 de fueron presentados en el Tribunal 5° de Control de Aragua ante la juez Alfonsina Vega, quién no les imputó ningún delito y les otorgó libertad plena.
El impasse “terminó” el pasado 20 de octubre cuando le fueron devueltos los equipos a los periodistas, sin embargo, Jesús Medina estuvo desaparecido por más de 48 horas, después de recibir amenazas por hacer públicas las gráficas de la vida en Tocorón.
Nota de prensa