La amenaza de extinción de la vaquita marina, la marsopa más pequeña del mundo, aumenta ante el fracaso de la parte medular de un plan de rescate del gobierno mexicano, ahora en suspenso, para capturarlas y facilitar su reproducción en cautiverio.
El plan Vaquita CPR (conservación, protección y recuperación) recibió un duro golpe el domingo pasado con la muerte de una hembra que no resistió el cautiverio y cuya vida se apagó rápidamente pese a esfuerzos de decenas de expertos que participan del proyecto en las aguas del Alto Golfo de California, en el noroeste de México.
El sábado, el ministro del Medio Ambiente, Rafael Pacchiano, escribía en Twitter que la captura del ejemplar era “un gran logro que nos llena de esperanza”.
El inédito plan, que el Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita describió como “un heroico intento de rescate”, era no obstante riesgoso.
Una vez cautiva y en cuestión de minutos, la marsopa pasó de la tranquilidad a una notoria alteración, siendo incapaz incluso de nadar con dirección certera, relató a la AFP Lorenzo Rojas, coordinador de la misión.
Todos los veterinarios del equipo, sumados a expertos llegados desde nueve países, trabajaron por más de tres horas para impedir su muerte.
“No tienes idea del dolor que se sintió en el momento que falleció, todos lloramos, todos nos sentimos impactados de lo que había pasado”, recordó Rojas.
Fue el segundo intento de los científicos de retener a un ejemplar de la especie, de la que se estima quedan menos de 30 individuos, luego de que en octubre capturaran a un macho joven que debió ser liberado por presentar señales de estrés.
– Muy probable extinción –
Con la muerte de la hembra, las misiones de captura han quedado suspendidas, bloqueando el objetivo central de reunirlas para propiciar su reproducción.
Mientras, los expertos evalúan lo ocurrido y aguardan los resultados de la necropsia que tardarán de dos semanas a un mes, plazo que rebasa el cierre previsto del proyecto la semana próxima.
Para Rojas, el infausto resultado, sumado a la persistencia del uso de artes de pesca ilegales que matan a la vaquita, ha elevado la probabilidad de extinción.
“Mientras no elimines el factor de riesgo, perder a la población es muy probable”, advirtió.
“El gobierno ha invertido mucho dinero y ha habido esfuerzos importantísimos, pero algo está mal que sigue la población cayendo en cuanto a su tamaño. Hay un agujero en alguna parte de todo este esfuerzo de vigilancia”, agregó.
Rojas considera que el gobierno mexicano ha tenido la “mala suerte” de que sus esfuerzos por la vaquita hayan coincidido con la creciente demanda mundial por la vejiga natatoria de totoaba, el pez cuya captura es causa principal de la depredación de la marsopa, que muere asfixiada en las redes utilizadas en la pesca ilegal.
Un kilo de vejiga, considerado un manjar en China y Hong Kong, puede cotizarse en decenas de miles de dólares en el mercado negro, lo que le ha ganado el mote de “la cocaína acuática”.
“Para traficar con vida silvestre pues ya se necesitan organizaciones criminales. Tiene que haber un crimen organizado”, señala Rojas, tras comentar que se pagan hasta 100.000 dólares por kilogramo de vejiga y que las redes de tráfico atraviesan 18 países.
La pesca ilegal se efectúa sobre todo en las noches, burlando incluso patrullajes nocturnos de la Marina Armada mexicana, que ha recurrido al uso de drones.
– Decisión definitiva –
Organizaciones ambientalistas encabezadas por Greenpeace pidieron esta semana al gobierno suspender inmediatamente y evaluar la continuidad del programa, al que calificaron como “una medida desesperada” ante la ineficacia en combatir la pesca ilegal.
“Los pocos ejemplares de vaquita que quedan deben sopesarse antes de tomar una decisión sobre si el programa va a continuar o no”, dijo a la AFP Miguel Rivas, representante de Greenpeace en México.
El ministro Pacchiano sostiene que la misión “no se aborta” y que su suspensión definitiva la deciden los científicos.
“México convocó a los 67 expertos más importantes del mundo, serán esos expertos quienes hagan la recomendación al gobierno” para tomar una decisión, dijo a la cadena Televisa.
A la espera de definiciones, el equipo científico continúa surcando el área en cuatro embarcaciones, abocado a tareas de observación e identificación fotográfica de los animales.
Rojas, sin embargo, coincide con los ambientalistas en que dada la emergencia la verdadera acción a seguir es una efectiva prohibición de las redes agalleras y de enmalle que convierten el hábitat de la vaquita en un campo minado.
“Tiene que haber una decisión definitiva y de una vez y por todas”, concluyó. AFP