Autoridades belgas y francesas registraron el martes las sedes del grupo franco-suizo LafargeHolcim en Bruselas y París, ante la sospecha de que la cementera ha financiado indirectamente a grupos yihadistas en Siria, entre ellos la organización terrorista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), según informaron los medios belgas VRT y RTBF, reseñó Infobae.
La policía federal belga llevó a cabo el martes un registro en la sede en Bruselas del grupo GBL, accionista de la cementera Lafarge.
La Fiscalía indicó que “un juez de instrucción especializado en terrorismo” ordenó el martes por la mañana un registro en Bruselas.
El comunicado no cita el nombre del grupo Lafarge y solo menciona a “un equipo común de investigación franco-belga” que investiga a sospechosos de financiar a un grupo terrorista a través de una multinacional francesa, según el diario La Libre Belgique.
Mientras tanto, en la tarde del martes GBL indicó en un comunicado que tuvo lugar un registro en sus oficinas y que la empresa “coopera íntegramente” con la investigación de las actividades de Lafarge en Siria.
La investigación comenzó con el objetivo de determinar si la primera fabricante mundial de materiales de construcción financió entre 2013 y 2014 al ISIS a cambio de que la banda yihadista le permitiera mantener en funcionamiento su planta cementera en Jalabiya, al norte de Siria, informó EuropaPress.
El escándalo estalló en junio de 2016 cuando el diario francés Le Monde publicó un artículo en el que vinculada al grupo con la filial siria de la cementera. A raíz de ese artículo, el ministerio francés de Economía presentó una denuncia en septiembre del año pasado contra la compañía.
La organización no gubernamental Sherpa denunció por su parte que el gobierno francés habría estado al tanto del financiamiento operado por Lafarge en Siria y que lo habría permitido, aunque esa información no ha sido corroborada.
Mientras tanto, el grupo Estado Islámico ha sufrido una serie de duras derrotas militares que le costaron un significativo retroceso tanto en Siria como en Irak, aunque aún no ha sido completamente expulsado de ambos países.