Venecia se propone desviar los grandes cruceros. Barcelona le declaró la guerra al alquiler de departamentos por períodos cortos. elnuevoherald.com
Las dos ciudades están a la vanguardia de esfuerzos por combatir el turismo desbordado, que altera la vida diaria de las comunidades, hace peligrar edificios históricos y afecta negativamente tanto a los viajeros como a los residentes.
La “turismofobia” es un fenómeno cada vez más común, sobre todo en destinos europeos que se ven desbordados por los visitantes.
El malestar es tal que se han popularizado consignas como “Turistas, go home” y “Los turistas son terroristas”.