El ministro de Relaciones Exteriores de Corea del Norte llegará el lunes a Cuba, en busca de apoyo ante la presión sin precedentes de Estados Unidos y de la comunidad internacional para que detenga sus programas de armas nucleares y misiles.
El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano, en una nota breve publicada en su página web, dijo que el canciller Ri Yong Ho se reunirá con su par cubano, Bruno Rodríguez, entre otras actividades no especificadas.
Corea del Norte está desarrollando programas de armas nucleares y misiles, desafiando sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y ha revelado sus planes de producir un misil capaz de impactar territorio estadounidense. El país ha lanzado dos misiles que sobrevolaron Japón.
Cuba y Corea del Norte han mantenido relaciones políticas desde 1960, pese a la oposición usualmente declarada de La Habana a las armas nucleares.
El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha incrementado la presión sobre Cuba desde que asumió el poder, dando marcha atrás a una frágil distensión iniciada por su predecesor Barack Obama y volviendo a la retórica hostil de la Guerra Fría.
La visita brinda una oportunidad a Corea del Norte para demostrar, a sólo 145 kilómetros de Estados Unidos, que no está completamente aislado, y permitiría a Cuba indicar que no cederá ante la presión estadounidense.
Al mismo tiempo, diplomáticos dijeron que Cuba es uno de los pocos países que podrían convencer a Corea del Norte de alejarse del actual enfrentamiento con Estados Unidos que amenaza con desatar una guerra.
“Muchas veces les pedimos a los cubanos si pueden hablar con ellos”, dijo un diplomático asiático.
Ambos países de gobierno comunista son los últimos en el mundo en mantener economías de estilo soviético, aunque bajo el presidente Raúl Castro la nación caribeña ha dado pequeños orientados a los mercados de China y Vietnam.
Cuba mantiene una embajada en Corea del Norte, pero públicamente comercia casi exclusivamente con Corea del Sur. El año pasado, el comercio con este último fue de 67 millones de dólares y con Corea del Norte fue de sólo 9 millones de dólares, según el Gobierno cubano.
Sin embargo, en 2013, Panamá descubrió un cargamento de armas soviéticas antiguas escondidas bajo 10.000 toneladas de azúcar cubana en una embarcación norcoreana, en violación a sanciones de la ONU. Esto pareció confirmar sospechas de que ambos países trabajaron en conjunto para eludirlos.
Cuba sostuvo que las armas iban a Corea del Norte para ser reparadas y que estaba previsto que las devolvieran.