Luis Tagliapetra es el padre de Alejandro Damián, uno de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan que permanece desaparecido desde hace nueve días y luego de que la Armada confirmara que la nave sufrió una explosión, explicó cómo se podría haber generado el incidente según le informó el jefe de Submarinos de la fuerza. Pese a esto, el hombre descree de lo que le informaron, reseñó InfoBae.
“Me dijo que en 30 años nunca vio algo de este tipo. Que debería haber habido gran acumulación de hidrógeno producida por la sulfatación de la batería y que una chispa haya producido la explosión”, sostuvo Tagliapetra. “Todo esto es difícil de creer porque implicaría una falta de profesionalismo en los que estaban a cargo y que fallaron los instrumentos porque no detectó el hidrógeno”, añadió.
A pesar de esta posibilidad y de las hipótesis que se manejan, Luis no dejó de plantear las dudas que le genera lo dicho por la Armada hasta hoy. El padre de Alejandro se desempeña como marino de agua dulce y cuando habla del tema, está claro que conoce del tema naval.
“Dicen que la implosión fue a 30 millas de la última comunicación, la avería fue en las baterías de proa y las anularon para seguir con las de popa, que no tenían ningún inconveniente. La implosión fue a las 10:45, tres horas después de la última comunicación. En tres horas a cinco nudos tuvo que haber recorrido 15 millas y no 30 millas, lo que implica que el capitán tuvo que haber doblado la velocidad, desobedeciendo la orden. Algo muy improbable, casi imposible”, cuestionó. “Me aseguraron que el submarino estaba en perfecto estado”, sentenció.
También se refirió a la actitud del gobierno nacional y de la propia Armada. Criticó que nadie se acercó a hablar con él, salvo el jefe directo de su hijo, a quien le agradeció la disposición que tuvo durante todos estos días.
“Estamos mal, destruidos. Ayer fue un día terrible. En lo personal me habían invitado de un noticiero. Estaba yendo para allá, me llaman de la base diciéndome que los datos del famoso ruido que detectaron de Austria estaba corroborado y que había sufrido una implosión y que por añadidura estaban todos muertos. El jefe de la base me dio directamente el pésame. Me dijo que mi hijo era un gran marino. ‘Era’, me dijo”, contó Luis. En ese sentido, dijo: “Los políticos no me decepcionan porque ya sabemos cómo son. Nadie me llamó, con el único que hablo es con el jefe de mi hijo”.