La pequeña comunidad católica de Bangladesh, una país mayoritariamente musulmán, se prepara para la visita del papa Francisco, un acontecimiento que algunos nunca soñaron con ver, otros aguardan confiados en que les traerá bendiciones y todos saben que será una ocasión única en la vida.
Kanon Gomes va a la Iglesia del Santo Rosario de Dacca todos los domingos pero esta semana su rutina cambiará. Junto a su familia se apuntó en cuanto tuvo oportunidad a la misa y la ordenación sacerdotal, que el papa Francisco encabezará el próximo viernes en el parque Suhrawardy Udyan de Dacca.
“Es realmente emocionante para nosotros”, manifestó hoy a Efe esta mujer de 35 años, una de los alrededor de 384.000 católicos que hay en este país de 160 millones de habitantes, donde menos de un 1% de la población es cristiana.
“Estamos a solo una semana de la visita del papa Francisco, nunca pude imaginar que tendría la oportunidad de verle en mi vida. Realmente me siento afortunada”, agregó.
Construida por las misioneros portugueses en 1677, la iglesia del Santo Rosario es una de las más antiguas de Bangladesh y cuenta con una parroquia de unas 20.000 personas, lo que la convierten en una de las referencias más importantes para la comunidad católica y cristiana en el país.
Pero en este templo ya alrededor de 25.000 personas se han apuntado para asistir a la ceremonia, el único programa abierto a todos los cristianos durante la visita del papa.
Mintu Lawrence, uno de los sacerdotes de la iglesia, explicó a Efe que el número de personas que se han inscrito crece día a día porque ningún católico en Dacca quiere perderse la oportunidad de ver al papa Francisco y asistir a una misa con el pontífice.
El papa visitará la iglesia el sábado, en la última jornada de su viaje, para estar con religiosos, seminaristas y novicias antes de hacer una visita privada al Hogar de la Madre Teresa, un orfanato y hospital caritativo situado cerca del templo.
La iglesia se prepara para la ocasión con una capa de pintura fresca, algo de nuevo mobiliario y algunos arreglos en los suelos, trabajos que saca adelante otro católico y habitual feligrés del templo, el empresario Theophil Rosario.
“Voy a misa cada semana, pero ahora es como una fiesta para nosotros. Estoy seguro de que la visita del papa llegará como una bendición para todos”, opinó Rosario.
La visita del papa Francisco será la segunda de un sumo pontífice desde la independencia de Bangladesh en 1971.
Antes viajó al país el papa Juan Pablo II, en 1986, mientras que Pablo VI estuvo brevemente en Dacca en 1970 en una escala, cuando el país era Pakistán oriental, para transmitir sus condolencias por las víctimas de un ciclón que entonces golpeó la zona.
El portavoz de la Iglesia, Kamal Corraya, espera que la visita del papa traiga bendiciones para el país.
“El papa Francisco está siempre preocupado por Bangladesh. Habló tras el derrumbe del Rana Plaza y el ataque a la panadería Holey Artisan”, dijo en alusión a la catástrofe en 2013 en el centro textil Rana Plaza en la que murieron más de 1.100 personas y resultaron heridas otras 2.500, y la agresión terrorista a un restaurante en Dacca.
El ataque, en el murieron mas de veinte personas, en su mayoría extranjeros, fue perpetrado en julio del año pasado por islamistas que lo reivindicaron en nombre del grupo Estado Islámico (EI).
“La gente ha oído su voz, ahora podrá verle”, dijo.
Ansioso espera esa oportunidad Stephen Hira, a quien la visita del papa ha llenado de optimismo pensando en el futuro de su hijo, Ananda Hira, un enfermo renal que recibe atención en el Hogar de la Madre Teresa.
“Si mi hijo es bendecido por el papa, estoy seguro de que se curará. Estamos deseando que venga”, dijo confiado Stephen. EFE