A todos los venezolanos, y a la comunidad internacional. Caracas, 30 de Noviembre de 2017
Este proceso de diálogo es un error estratégico. Pues la calibración actual de la fuerza entre los jugadores en disputa supone la percepción de debilitad relativa de la oposición frente al gobierno. Un supuesto falso, pues lo contrario es lo que es cierto, por lo menos potencialmente. Si se conforma un liderazgo de oposición significativo que se una en torno a la estrategia del coraje, que llamamos el Pacto Republicano, su fuerza será mucho más grande que la del gobierno. Tendría a su favor la gran mayoría de la población, incluyendo los barrios populares, ahora abiertamente contra Maduro; la gran mayoría de la fuerza armada, y la comunidad internacional. Con esta fuerza, que solo espera ser coordinada, y con la estrategia de confrontación, y no de cohabitación, derrotaremos al gobierno, que está, más allá de las apariencias, en proceso de implosión interna, y lo forzaremos a un proceso de negociación para su salida.
Negociar su permanencia, en condiciones dudosas, con promesas no creíbles, es inaceptable. Es bien conocido que el diagnóstico determina el remedio, la estrategia óptima en nuestro caso. Si la oposición fuera relativamente más débil que el gobierno, lo óptimo sería la estrategia de la cohabitación. Pero si lo cierto es lo contrario, como argumentamos aquí, la estrategia óptima es la del coraje, que es la que ha decidido adoptar, en su documento fundacional, el Movimiento Libertadores (https://www.movimientolibertadores.com/)
La debilidad del gobierno
1. El gobierno realmente se está cayendo a pedazos, tanto por el poco apoyo que tiene entre los barrios populares, como el de la fuerza armada. No tiene dinero ni para importar los CLAP, lo cual genera muchas contradicciones entre los recipientes de los mismos, y sus redes de distribución, más que todo militares, disputándose entre ellos lo poco que hay.
2. El gobierno necesita desesperadamente tener fuentes de dólares para hacer estas importaciones. Necesita refinanciar su deuda, y amainar las presiones internacionales con impacto económico.
3. También está muy fracturado, con grandes divisiones internas importantes, a todos los niveles. Incluso ahora a los más altos, el conflicto interno es ya público, como el caso de Rafael Ramírez, José Vicente Rangel, y otros, que se están lavando las manos culpando al gobierno de la situación, y no de la guerra económica. Maduro ha recurrido a un pote de humo con las acusaciones de corrupción para tratar, infructuosamente ya, de ocultar lo que le dijo Ramírez: que él es el culpable por la situación, con su política económica a favor de los caza-renta, en contra y a costa del pueblo. Es cierto que hay corrupción de todos lados, pero eso no basta ya para engañar a su propia gente, más allá de algunos correligionarios fundamentalistas, tarifados de varias maneras, que por su poco número son cada vez más irrelevantes.
4. Es claro que la base de apoyo del gobierno está mermando a marchas forzadas. Ya ni los barrios populares lo apoyan, como ha quedado claro incluso a propósito de las elecciones municipales y sus candidatos. Y el apoyo en la fuerza armada es mínimo, a pesar de que el gobierno domina el aparato represivo, lo cual es lógico en su estrategia de alardeo falso (pretender que es fuerte, cuando no lo es, como el bluff en póker) ante una dirigencia opositora que puede creer una movida como esa, sea por ignorancia, o por ser, en parte, un agente del gobierno en esta lucha por su relación con los caza-renta.
5. Es claro que el apoyo internacional del gobierno es muy débil, sobre todo en términos relativos, dada la debilidad de la economía rusa, la prudencia del gobierno chino ante las posibles consecuencias de la caída de Maduro, y al lastre económico que significa el apoyo cubano al gobierno sátrapa venezolano.
6. La base de todo este deterioro es económica. Y la debacle va a un ritmo ya exponencial e imparable. El proceso hiperinflacionario no va a parar, ni la hiper-escasez de alimentos y medicinas. La única solución es el cambio de gobierno, pues no solo hace falta un cambio radical de política económica y de modelo económico, sino de confianza. Y esto no vendrá sin un cambio de gobierno. De eso ya están conscientes actores claves del propio gobierno, que están tratando de saltar del barco, en una confrontación final típica de los carteles de mafias cuando se caen a cuchillo entre ellos, ante un “mercado” de productos mafiosos demasiado mermado para hacer el acuerdo sostenible.
La división de la dirigencia opositora, y sus consecuencias estratégicas y tácticas.
1. Se ha dado in deslinde claro entre la dirigencia que sigue la estrategia de la cohabitación (AD, AP, UNT, parte de PJ, parte de VP), y la que sigue la estrategia del coraje (Soy Venezuela, con VV, ABP; Causa R, parte de PJ, parte de VP).
2. La estrategia de la cohabitación está altamente correlacionada con el comportamiento caza-rentista de las organizaciones que lo siguen, en sus diversas modalidades, que van desde el financiamiento de partidos y dirigentes claves, hasta la búsqueda de migajas en las elecciones, tanto regionales, como municipales, para el manejo de puestos a sus militantes, como forma de financiamiento, y contratos a favor de sus bases de apoyo político.
3. La táctica que se deriva de la cohabitación tiene que ver con:
a. Validar a la ANC y al gobierno, con posibles cambios gatopardianos en las instituciones como el CNE.
b. Dialogar para dar tiempo al gobierno, darle legitimidad ante la comunidad internacional.
c. Seguir yendo a elecciones en estas condiciones que validan al gobierno a cambios de migajas para el pueblo venezolano, sin resolver los problemas fundamentales, que implican el cambio de régimen.
4. El diálogo que se deriva de esta estrategia tiene que ver con generar condiciones aceptables por las partes para cohabitar, como algunas prebendas electorales, soltar a algunos presos políticos (y apresar otros), acordar algunos cambios no fundamentales en el CNE. A cambio de reconocer la ANC, a Maduro, al TSJ. Y de conceder aprobación a procesos de refinanciamiento de deuda y enfriar la calle.
5. La estrategia del coraje implica seguir con la agenda que el pueblo trazó el 16J. Con presión de calle, votaciones hechas por nosotros mismos, tipo 16J. Con búsqueda de apoyo para cambiar al gobierno.
6. La negociación que se deriva de esta estrategia es la de la salida del gobierno en condiciones mutuamente aceptables: un salvoconducto para dejar el poder.
Sobre la estrategia del Movimiento Libertadores, y la representatividad de los dialogantes.
1. La parte de la oposición que va al diálogo en la República Dominicana adopta la estrategia de la cohabitación, contraria a la estrategia que el Movimiento Libertadores ha adoptado como su estrategia por diseño, en su documento fundacional, en su propuesta del Pacto Republicano (https://www.movimientolibertadores.com/), y en su rueda de prensa del Miércoles 22 de Noviembre.
2. Esa parte de la dirigencia de la MUD no representa a toda la dirigencia opositora, ni al pueblo venezolano, que en su gran mayoría quiere sacar a Maduro del poder. Y tiene cómo hacerlo, siguiendo la agenda del 16J.
3. La oposición cohabitadora no representa ni siquiera a sus partidos, pues la pugnacidad interna de algunos de ellos, como PJ y VP refleja la división que hemos planteado entre estrategias opuestas. La idea del Pacto Republicano es que esos partidos y dirigentes equivocados en este momento, van a ir reconociendo sus errores, y haciendo renovaciones democráticas internas, que los van a conducir a la unión con las fuerzas en avance para salir de Maduro, armar un gobierno de coalición nacional, y enrumbar a Venezuela hacia un futuro promisorio, fuera del rentismo petrolero.
4. Esa parte de la oposición equivocada por lo pronto, ha querido ganar legitimidad, porque no la tiene, llamando a algunos miembros de la sociedad civil a asistir a las sesiones de diálogo. Pero esos miembros no representan a la sociedad civil, sino a sus personas, y, en el mejor de los casos, a un grupo pequeño de la sociedad civil. En particular, no representan al Movimiento Libertadores.
La posición del Movimiento Libertadores.
1. Rechazar este proceso de diálogo, por como está planteado, por las razones expuestas.
2. Llamar a conformar urgentemente un Pacto Republicano entre las fuerzas que se oponen al gobierno y buscan su inmediata salida, tal como se plantea en el documento de nuestra página web. Ir teniendo éxitos tempranos, e ir sumando más y más fuerzas, incluso de los partidos hoy en una senda equivocada. Una unidad con los partidos de cohabitación es paralizante. La unidad es con el soberano, que debe ir marcando un nuevo rumbo, adoptados por todos en un proceso dinámico, pero acelerado.
3. Dejar claro que la única negociación con la que estamos de acuerdo es la que implica la salida del Maduro y su gobierno, mediante un salvoconducto.
4. Mientras tanto, seguimos con nuestra estrategia confrontacional con este gobierno, y nos preparamos para reactivar la lucha de calle en sus distintas modalidades.