“Está ahí, sigue luchando”. Con esas breves pero contundentes palabras, el presidente de la FIA, Jean Todt, volvió a poner en el centro de la noticia el estado de salud de Michael Schumacher, a poco de que se cumplan cuatro años del accidente que lo dejó hospitalizado en su mansión de Gland, Suiza, reseñó Infobae.
“Echamos de menos a Michael. Estoy feliz de que haya venido Sabine para representarlo. Quería que Mick (su hijo) viniera esta noche, pero está haciendo un test en España, y Corinna (la esposa) está en los Estados Unidos. La lucha sigue. Michael es alguien muy especial, alguien especial para el automovilismo. Es especial para mí, es un amigo”, señaló Todt, que fue jefe de Ferrari entre 1993 y 2008, época de gloria del alemán en la escudería.
Sabine Kehm es la manager del piloto heptacampeón del mundo y una de las pocas personas que tiene acceso a la intimidad de la casa que cobija a Schumi desde hace tres años y medio, cuando dejó el hospital de Grenoble, en Francia.
“Todos sabemos que Michael debería estar aquí y estoy totalmente segura de que le encantaría estarlo. Siempre tuvo el mayor de los respetos para todos los presentes en esta sala y estaría muy contento.Lo que hizo a Michael tan especial y exitoso fue, como pasó con todo el mundo en esta sala, su amor y pasión por este deporte”, señaló Kehm en el marco del evento de apertura del Salón de la Fama, que encabezó Todt.
El directivo francés que comanda la FIA desde 2009 hasta la actualidad repasó dos anécdotas que vivió con Schumacher durante su época en Ferrari: “En 2000, tras 21 años, Ferrari fue campeón con Michael. Lo llevé al podio y le dije, Michael, nuestra vida en las carreras nunca será la misma”.
“Otra cosa que demostró cómo es Michael fue cuando acabó la temporada 2000 como campeón, estábamos comenzando la temporada 2001. Me preguntó con timidez: ‘¿Me permitirías hacer algún test en Fiorano para asegurarme de que aún puedo pilotar?’. Siempre estaba lleno de dudas, de si era un buen piloto o no. Hizo su test y no le fue nada mal”, contó.
Schumacher permanece con cuidados médicos intensivos en su casa desde junio de 2014, luego de abandonar el hospital francés que lo cobijó en los primeros meses tras su accidente esquiando en los Alpes franceses.
El último parte médico oficial sobre el deportista de 49 años surgió del hospital que lo cobijó: traumatismo craneoencefálico, con hematomas intracraneales y edema cerebral difuso; esto derivó en dos operaciones, y lo mantuvieron en coma durante seis meses. A partir de allí, el silencio se apoderó del panorama.