El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió hoy de que el traslado de la embajada estadounidense en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, que prevé Washington, “solo echará gasolina al fuego de los terroristas”.
EFE
“Desde aquí quiero hacer un llamamiento a todo el mundo: Hay que abstenerse de pasos que cambien el estatus jurídico de Jerusalén. Un paso así solo echará gasolina al fuego de los terroristas”, dijo Erdogan.
El mandatario turco hizo estas declaraciones en una comparecencia ante la prensa junto al rey Abdalá II de Jordania, quien declaró que “estas posturas no ayudan a la lucha antiterrorista”, según informó la cadena turca de noticias NTV.
“En el asunto de la sacralidad y la conservación histórica de Jerusalén pensamos lo mismo que Jordania”, declaró Erdogan.
“Un paso en falso respecto al estatus de Jerusalén provocaría una reacción del mundo islámico. Dinamitaría los fundamentos de la paz. Atizaría las llamas de nuevos combates”, vaticinó.
“Nadie tiene derecho a jugar con el destino de miles de millones de personas solo por capricho personal”, advirtió el mandatario.
“La estabilidad en Oriente Próximo tomará forma mediante una Palestina independiente con capital en Jerusalén Este”, aseveró Erdogan.
El rey Abdalá, por su parte, también subrayó que “no hay alternativa a la solución de los dos Estados”.
“La estabilidad de toda la región depende de esto. Ayer contacté con el presidente estadounidense. Expresamos nuestras preocupaciones por la decisión respecto a Jerusalén. Tenemos que trabajar rápido. Los palestinos y los israelíes deben firmar un acuerdo de paz entre ellos”, pidió el monarca.
Abdalá de Jordania, que llegó al mediodía a Ankara y cenará con Erdogan esta noche, confirmó que el próximo miércoles 13 de diciembre volverá a Turquía para la cumbre extraordinaria de la Organización de la Cooperación Islámica, convocada hoy por Erdogan.
La cumbre reunirá a los líderes de los 57 países miembros de la Organización de Cooperación Islámica (OCI), de la que Turquía tiene en la actualidad la presidencia.
La comunidad internacional no ha reconocido a Jerusalén como la capital de Israel ni la anexión de su parte oriental, ocupada en 1967.
Israel considera esa ciudad como su capital “eterna”, pero los palestinos quieren que Jerusalén Oriental sea la capital del Estado al que aspiran.