El gobierno regional de Roraima, estado amazónico brasileño en la frontera con Venezuela, declaró el estado de “emergencia social” para intentar atender la crisis provocada por el elevado número de inmigrantes venezolanos que ha recibido en los últimos meses, informaron hoy fuentes oficiales. EFE
“Queda declarada la situación de emergencia social en el estado de Roraima debido al gran flujo migratorio de extranjeros venezolanos que carecen de cualquier medio de sustento y que ingresan a Brasil por la frontera con el estado de Roraima”, según el decreto firmado por la gobernadora Suely Campos.
En su decreto, la gobernadora atribuyó el “intenso proceso de inmigración” por el que Roraima ha recibido a cerca de 30.000 venezolanos en los dos últimos años, a la grave “crisis socio-económica de Venezuela”.
El decreto fue publicado el pasado lunes en el Diario Oficial del estado, pero sólo trascendió hoy cuando diferentes secretarías de la gobernación informaron sobre las diferentes tareas que les fueron encomendadas para intentar atender la crisis generada por el éxodo de venezolanos.
Las secretarías alertadas son las encargadas de ofrecerle diferentes servicios públicos, como habitación, salud y educación, a los miles de inmigrantes que se han establecido en Roraima, muchos de los cuales se han instalado en plazas y edificaciones públicas sin ninguna infraestructura.
De acuerdo con cifras oficiales, entre enero y septiembre de este año 12.193 venezolanos solicitaron refugio en Brasil tras haber ingresado al país por la frontera de Roraima. El número de solicitudes es más de cinco veces superior al acumulado en los dos últimos años.
Los venezolanos, que huyen de la grave crisis económica y social en su país, en donde escasean los alimentos y los empleos, han sido acomodados precariamente en algunos abrigos abiertos en ciudades como Paracaima y Boa Vista que no dan cuenta de la demanda.
El primero de tales abrigos, abierto en la ciudad fronteriza de Paracaima, tiene capacidad para cerca de 150 personas pero actualmente atiende a unos 500 venezolanos, en su mayoría indígenas de la etnia Warao.
La gobernación justificó la emergencia social por el “inesperado y rápido aumento del número de inmigrantes venezolanos que llegaron a Roraima sin poseer medios y condiciones para mantenerse”, así como por el flujo “intenso, ilimitado y desordenado” de venezolanos que llega a la frontera.
Tal éxodo, asegura la gobernación, ha generado “serias dificultadas entre los equipos encargados de darles apoyo logístico (recepción y acogimiento) en la frontera”.
La situación, agrega el respectivo decreto, también ha generado riesgos a la salud y a la seguridad tanto de los inmigrantes como de los brasileños, y exige una “rápida respuesta” del poder público para “preservar la salud, la seguridad y la vida humana en el estado”.
Campos recordó que Roraima recibió esta semana de la Organización Panamericana de la Salud (Odepa) una tercera alerta epidemiológica por la posibilidad de que, como consecuencia de la migración, la región se vea afectada por el brote de sarampión que afecta desde hace seis meses al estado venezolano de Bolívar, en donde han sido confirmados 38 casos de la enfermedad.