La delantera venezolana de 18 años Deyna Castellanos, considerada tercera mejor futbolista del año por la FIFA, dijo este martes a EFE que su meta es jugar en Europa, a poder ser en Francia, Alemania o España, pero tras acabar los dos años que le restan de universidad.
Castellanos, quien acudió a Asunción para ser nombrada embajadora de la Conmebol, explicó en una entrevista que Estados Unidos, país donde estudia y juega en la liga universitaria en el Florida State University, tiene un alto nivel en fútbol femenino, pero que el Viejo Continente sigue siendo su sueño.
“Esa es la meta, llegar a jugar profesional y yo en lo personal quiero ir a Europa. A veces te da en la cabeza: “¿y si vamos a jugar profesional ya de una vez?” Pero sigo firme en mi decisión de terminar la universidad y después poderme ir a jugar pronto”, indicó la delantera.
Sin embargo, entre risas, prefirió no decir cuál es el equipo en el que le gustaría jugar, pero estaría entre los tres países en los que considera que el fútbol femenino goza de buena forma.
Aunque todavía no ha debutado como profesional a nivel de clubes, Castellanos ya ha marcado varios hitos en su dilatada carrera con la selección venezolana pese a sus 18 años.
Con la ‘Vinotinto’ ya ha hecho historia: ha ganado dos Sudamericanos sub’17 (2013 y 2016) y es la máxima goleadora histórica del torneo con 14 tantos.
Es también máxima anotadora de la historia del Mundial sub’17 con dos participaciones y 11 goles (en 2014 fue Bota de Oro y en 2016 fue Bota de Bronce).
Además ya debutó con la absoluta de Venezuela en la Copa América de 2016, y en octubre rubricó su trabajo con su nominación a los premios ‘The Best’ de la FIFA, siendo la jugadora más joven de la historia en estar entre las tres candidatas al trofeo.
“Fue la mejor experiencia de mi vida como futbolista, como atleta, y agradecida con la FIFA por tomar talentos jóvenes en cuenta. Fue una experiencia increíble, lo disfruté mucho con las personas más allegadas a mí y fue un sueño hecho realidad”, confesó la delantera.
Tras ese reconocimiento, Castellanos volvió para terminar su curso universitario de Ciencias Sociales en Estados Unidos, donde considera que todavía puede crecer profesionalmente.
“Me doy un par de años. Quiero vivir un poco y pasar esa experiencia universitaria. Pienso que en Estados Unidos lo estoy pasando muy bien, estoy disfrutando mucho con mis compañeras y con el equipo, y poder estudiar lo que me gusta y a la vez hacer el deporte que amo al nivel que lo hago”, señaló.
El salto a Estados Unidos desde Venezuela ya fue un reto para ella, que había estado desde los cinco años pateando balones con los chicos de su Maracay natal.
Aunque la tentación del fútbol profesional es fuerte y la fama que le ha llegado con la nominación al ‘The Best’ le han costado en algunos medios de comunicación símiles como ‘la Messi venezolana’, Castellanos sigue firme en su idea de vivir la vida de una chica de 18 años que juega al fútbol, pero con ambiciones.
“Son muchas cosas que se han ganado pero al mismo tiempo no se ha ganado nada. Eso queda en los libros y en la historia del fútbol, pero hay que seguir haciendo historia y marcando el fútbol femenino. Eso es lo que yo quiero, dejar un nombre y una referencia en el fútbol femenino cuando ya no juegue más”, afirmó.
Y para ello no se pone otra referencia que la de la mismísima Marta da Silva, la brasileña que ha batido todos los récords en el fútbol femenino, incluyendo un Balón de Oro en 2010, y a quien se le apoda ‘la Pelé con faldas’.
Para 2018 su meta está en conseguir la clasificación con Venezuela para el Mundial de Francia 2018 a través de las eliminatorias de Copa América, aunque es consciente que ella es sub’20 y también sueña con llegar al Mundial de esa categoría.
“No hay nada más rico que jugar un Mundial y vivir esa experiencia. Le pido (al 2018) que podamos clasificarnos a ambos Mundiales y que después de eso Venezuela haga un buen papel”, indicó con una gran sonrisa.
Respecto a quienes le criticaron por sus nominaciones a su corta edad, respondió que “lo entiende”, pero que “la FIFA le puso ahí” y si los reconocimientos le llegaron temprano “será porque algo bueno” habrá hecho.