El enemigo a derrotar es: Maduro y su régimen, por @nelsonperezav

El enemigo a derrotar es: Maduro y su régimen, por @nelsonperezav

Nelson A. Pérez

 

Al inicio de este año, como nunca se había visto en el país, comienzan los saqueos a comercios en busca de comida. El régimen en eras de mantener su denominada paz social, ha direccionado la angustia de la hambruna del pueblo tomando centros comerciales y grandes tiendas abastecedoras de comida, ropa, calzado, etc. para fijar precios arbitrarios inclusive 70% por debajo de los precios ofertados. Indudablemente el pueblo, en vista de la carestía, sale a comprar a precios de ganga.

Este contexto de ceguera popular no es espontaneo. Posee una direccionalidad. Por una parte, el régimen en su diseño psicológico sobre el manejo de las masas, direccionado por el G-2 cubano, tiene dentro de sus lineamientos básicos la confusión de la gente, con acciones ejecutadas con premeditación y alevosía, así como la propaganda subliminar, con el único objetivo de confundir al pueblo y evitar que éste direccione sus baterías sobre su enemigo principal: el régimen. Por la otra, los grandes errores de la clase política agrupada en la MUD, que no comprendió, en su momento, las exigencias democráticas del pueblo en su búsqueda de una salida pacífica y electoral al régimen de Maduro. Asfixiándose en sus propias contradicciones.

Esta situación de miopía social y política, me hizo recordar un hecho significativo que sucedió en Londres capital de Inglaterra a principios del siglo XVI con el advenimiento del modo capitalista de producción y la economía de mercado. Uno de los hechos más significativo desde el punto de vista sociológico, de esa época, en la instauración del libre mercado, fue que el trabajador artesanal ligado, insolublemente, en trabajo y sus aperos de labores cotidianos al hogar, pues las artes y el trabajo artesanal eran transmitidos a través de generaciones de familia en familia. La economía de mercado trasladó al artesano a galpones o espacios de trabajo denominados fábricas, alejados o separados de su entorno familiar y pagándole un salario raso para todos. Nace así la clase obrera en los albores del capitalismo. En esa época donde la intensidad del trabajo manual era superior al trabajo ligado a la tecnología. Las penurias de las clases trabajadores, el naciente proletariado, eran agudas, las esperanza de vida de esa reciente clase social no superaba los 45 años.

Ante tantas vicisitudes que hacían la vida dura y penosa, los trabajadores de Londres decidieron destruir las máquinas y herramientas de trabajo, pues pensaban que eran ellas las culpables de su sufrimiento, sin darse cuenta que eran las nacientes relaciones sociales de producción, y su forma de distribución de la riqueza producida, las culpables de tales padecimientos. Algo similar, salvando las distancias, sucede con un amplio sector de la población venezolana que confundida en sus atisbos apunta hacia su compatriota y descarga su angustia contra su coterráneo.

La híper inflación provocada por el régimen es como un tsunami que una vez que llega a tierra firme acaba con todo. Podrá el régimen en esta primera oleada, del malestar social, direccionar su engañosa oferta hacia los comercios y productores, señalándolos como culpables de la escalada geométrica de los precios de bienes y servicios que ascienden cotidianamente sin parar.
Como el tsunami, una vez propiciado el saqueo colectivo y destruido no solamente el aparato productivo nacional, sino la red de distribución de comercios que venden bienes y servicios, las aguas se recogerán, momentáneamente, dejando destrucción por doquier. Luego vendrá la próxima oleada de hambruna pasando el pueblo sobre el cadáver de negocios cerrados y destruidos, no habrá que comer. En ese instante a quien culpará el régimen de la guerra económica. Los fulanos CLAP, que son un mega negocio de corrupción no podrán contener la hambruna del pueblo.

La guerra económica la generó este gobierno desde hace más de 18 años, sembrando en la población más necesitada, económica y socialmente, la matriz que el enemigo es el capital, el comerciante, el industrial, el imperialismo, etc. y montó un modelo económico dominante, que implica la toma arbitraria y a la fuerza de todo el sistema productivo y distributivo de bienes y servicios que estuviese en manos del sector privado, y la imposición del modelo comunista repartidor de dadivas. La riqueza de los enchufados y narcotraficantes goteará hacia abajo y el pueblo sobrevivirá. Lo va haciendo poco a poco, utilizado arengas nacionalistas, que suenan muy bien en los oídos sórdidos del pueblo más necesitado. En vez de incluirlos, educarlos, protegerlos socialmente, los utilizó como carne de cañón: ¡ser rico es malo, no importa que pasemos hambre lo importante es el socialismo, etc.! Leguaje rimbombante hacia un pueblo ignorante de la tragedia que le venía encima, “presa fácil de su propia destrucción” como señalaba nuestro libertador.

Mientras engañaba al pueblo el narco régimen, apunto sus baterías hacia la perpetuación en el poder, decía Chávez, en un discurso, en los Próceres (2001), ante la presencia del alto mando militar y las más representativas autorices del gobierno, ¡yo quemé las naves no hay vuelta atrás, llegamos para quedarnos! Con ello la corrupción, como cancerbero del infierno, ya asomaba sus múltiples cabezas, PDVSA era la gallina de los huevos de oro, para ello la consigna, ¡ahora PDVSA es del pueblo!, transformando la tercera industria petrolera más importante del mundo en una gran bodega que vendía desde pollos beneficiados, hasta los perniles que no llegaron en diciembre, pudreval el gran ejemplo. De 35.000 empleados en el año 1.999 la llevaron a 150.000 trabajadores. De producir 3.500.000 b/d de petróleo en el año 1.998 a 1.800.000 B/d hoy. De exportar 1.800.000 b/d de petróleo a Citgo en los EEUU a 800.000 b/d hoy día. Esta empresa venezolana, surtía el 10% del consumo total de combustible, en sus estaciones de servicios a los EEUU, hoy está quebrada y endeudada. En lo que va del régimen de maduro se han dejado de producir 700.000 b/d de petróleo. La industria petrolera fue transformada en una lavadora de dólares cuyo resultado está en las fortunas depositadas por la cúpula del narco régimen en los bancos de Andorra y el resto del mundo financiero. PDVSA hoy día, arruinada, en conjunción con el BCV son las dos grandes maquinarias que generan el tsunami híper inflacionario que afecta a Venezuela.

Destruyeron al bolívar como nuestro signo monetario, y surge el petro, con falsa nacionalidad, y nuevo instrumento del pago del narco régimen.

Han trampeado con, premeditación y alevosía, todos los procesos electorales desde que Chávez asumió el poder, para cumplir su oferta de perpetuarse en el gobierno, desconociendo la voz del pueblo. Desde que Chávez, suprimió los peajes en las más importantes vías de comunicación, hasta ahora, el narco tráfico se ha apoderado del país. Muchos han sido los funcionarios del alto gobierno y militares de alto rango señalados y acusados de narco traficantes, las instalaciones aeroportuarias y naves aéreas y marítimas del Estado han sido utilizadas para el traslado de drogas a otros países, el caso de los narco sobrinos es emblemático. Como ya no pueden esconder el estiércol de la corrupción y el narco tráfico porque el hedor es evidente e inevitable, inician, a través del Ministerio Público, una purga selecta de sacrificados ante el Dios del desafuero en rito macabro de justicia. El verdugo se transforma en víctima y viceversa.

El país se encuentra sumido en la más profunda crisis social y económica de la historia republicana. Se avecinan las elecciones presidenciales, las cuales no podrán eludir, la presión internacional es fuerte y vigorosa ante tanto desafuero. Debemos entonces centrarnos en visualizar la contradicción principal a resolver: la salida, por vía democrática, del gran culpable del tsunami social y económico que nos afecta a todos: el narco régimen.

No es hora de dimes y diretes, ni de buscar culpables, que los hay, en las filas de quienes defendemos la democracia, la paz y la justicia social, en conjunción con un mejor porvenir. Pero si es hora de unir todos nuestros esfuerzos, mancomunar a todas las fuerzas vivas políticas y sociales en la búsqueda de una salida electoral del régimen.

El enemigo común es, el RÉGIMEN, sobre él debemos descargar toda nuestra furia democrática. Debemos obligarlo, por todos los medios que establece la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, se realicen, este año, elecciones presidenciales con un CNE imparcial y presencia internacional como garantes de justicia electoral. Esa debe ser la contradicción principal a resolver, pues ella garantiza un vuelco total del totalitarismo comunista, así como la canalización y rescate del hilo democrático.

No tengamos miedo de realizar grandes concentraciones, pacíficas y controladas en todo el país exigiendo, comida, medicinas, elecciones ya, libertad y justicia.

@nelsonperezav

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