Una caja de madera pintada de color blanco sobresale del interior de una bolsa negra de basura, se trata de una urna de fabricación casera. La caja está a un lado de la entrada de la Morgue de Bello Monte esperando mientras su dueña, culmina los trámites legales que le permitirán retirar el cuerpo de su hijo, un bebé de un año que será sepultado en el rudimentario ataúd artesanal, debido a que sus padres no cuentan con los recursos para pagar por un féretro de los que venden en las funerarias, reseña El Universal.
El hombre, recibió un pequeño cajón de madera que ella tenía guardado en su casa. Le colocó una tapa, lijó, selló y pintó el exterior de blanco. Acolchó y forró el interior de la caja con telas blancas. La cama en la que el pequeño Bleizer, de un año de edad, tendrá su reposo final estaba lista.
A Bleizer le dio gripe a finales del año pasado, “el frío de diciembre acompañado con la quema de basura hicieron estragos en mi niño. Él tenía tos y fiebre pero se complicó mucho cuando a inicios de año comenzaron a quemar basura”.
Lamentablemente el niño murió cuando era trasladado al hospital. Sufrió un paro respiratorio, murió de neumonía basal izquierda según el informe del médico forense.
Fue en el mismo centro asistencial donde la madre conoció al señor que fabricó la urna. El carpintero, también había sufrido la pérdida de un hijo, y tenía el mismo problema que ella, no podía pagar por un sarcófago, por lo que terminó haciendo dos ataúdes.
El hombre, recibió un pequeño cajón de madera que ella tenía guardado en su casa. Le colocó una tapa, lijó, selló y pintó el exterior de blanco. Acolchó y forró el interior de la caja con telas blancas. La cama en la que el pequeño Bleizer, de un año de edad, tendrá su reposo final estaba lista.
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