El adolescente es el antepúltimo hijo de Nairet. Osmairy Carolina Álvarez, de 13 años, y Yéssica Dayana Vásquez, de 14, permanecen recluidas en el centro asistencial. “Ellas no llegaron al estado de Keison porque al tener los mismos síntomas, las trajimos de inmediato y fueron atendidas, pero mi hijo se complicó”.
Nairet recordó cómo comenzó su pesadilla. Llevó a Keison el martes nueve de enero al Hospital Pedro García Clara, en Ciudad Ojeda. Padecía de fiebre alta y de dolor de amígdalas. El médico de guardia del área de emergencia le diagnosticó amigdalitis.
“Le prescribieron un antibiótico que no conseguí. Lo busqué en todas las farmacias y me devolví al hospital para que la doctora le colocara otro medicamento. Pero había otra doctora en el lugar, revisó a mi hijo y le reprochó a su compañera por qué no había remitido a mi hijo al Universitario si estaba el frente de un caso de difteria”.
Fue cuando la mujer se trasladó con su hijo hasta Maracaibo. Lo recibieron y de inmediato recibió atención médica. Según Nairet al joven le suministraban un medicamento pero había otro que le solicitaron y que nunca consiguió. Keison desmejoró hasta fallecer.
“Esto es duro, soy madre de nueve hijos. No tengo ni cómo sacar a mi hijo de la morgue para sepultarlo. También me piden un medicamento para mis hijas y tampoco tengo cómo comprarlo, nisiquiera dinero para moverme a buscarlo. A duras pena estoy aquí en Maracaibo. Lo que trabajo es para darle a mis hijos, pero no me alcanza”.
Nairet labora en el área de mantenimiento de las instalaciones del Terminal de Pasajero en Ciudad Ojeda. Reside en la avenida 44 con calle 11 del sector Los Samanes.