Antes de disparar el lanzacohetes contra el pintoresco chalé, y también antes de abrirse paso entre los escombros para rematar a los sobrevivientes del estallido, soldados y policías venezolanos habían dejado pasar a paramilitares chavistas para que liquidaran a tiros al grupo de insurgentes liderado por el policía venezolano Óscar Pérez, publica El Nuevo Herald.
POR ANTONIO MARIA DELGADO
Excepto que la vivienda a la que entraron era la casa equivocada, y que quienes terminaron siendo ejecutados fueron los jefes de la banda de paramilitares que debían servir de verdugos.
Dos integrantes de la banda paramilitar conocida como el Colectivo Tres Raíces, murieron durante la operación de asalto que estremeció a Venezuela el lunes al ser transmitida en tiempo real por el propio Pérez a través de las redes sociales.
Pero los dos chavistas fueron asesinados por otros hombres del régimen de Nicolás Maduro, en un intento por simular un enfrentamiento que justificara las muertes de Pérez y de su grupo, dijeron fuentes policiales.
“Los tiros fueron por la espalda. Ellos [los integrantes del colectivo] fueron caminando hacia la casa donde les habían dicho que estaba Óscar Pérez, pero ni siquiera sabían donde estaba el grupo de acciones especiales que terminó disparando contra ellos”, dijo una fuente policial venezolana que habló bajo condición de anonimato.
Los testimonios de las fuentes policiales, así como los videos transmitidos por el propio Pérez el día de su muerte, esbozan un rudimentario complot orquestado por las fuerzas del régimen de Maduro para justificar la muerte del policía insurgente pese a que ya había manifestado su deseo de entregarse.
Pérez transmitió por las redes sociales videos de las conversaciones que sostuvo con el mayor de la Guardia Nacional para evitar un choque de fuerzas, mientras que personas que mantuvieron contacto telefónico con él durante esa mañana informaron a el Nuevo Herald que el policía también habló directamente con sus jefes dentro del cuerpo policial de investigaciones CICPC manifestando su deseo de evitar un enfrentamiento.
Las versiones recogidas por el Nuevo Herald apuntan a que Pérez y sus hombres fueron rodeados desde la madrugada del lunes por hombres de la Guardia Nacional.
“Ellos comienzan a rodear la zona como a las 2:30 de la mañana, pero terminan ubicando la casa como a las 4:30, dos horas y pico después”, dijo una de las fuentes consultadas.
Viendo que no tenía ninguna posibilidad de escapar, Pérez procedió a negociar su entrega con las autoridades, propuesta que fue aceptada por el Mayor de la Guardia Nacional, Rafael Enrique Bastardo Mendoza.
Pero en algún momento en la mañana, aparentemente hubo un cambio de orden, y las fuerzas del régimen le notificaron que no habría negociación. “La orden es matarte”, le habrían notificado, según testimonio de uno de los aliados de Pérez que se mantuvo en contacto telefónico con él a inicios de la mañana.
Pérez también divulgó a través de los videos que las fuerzas del régimen le habían notificado que tenían orden de ejecutarlo, al igual que el cruento tiroteo contra la vivienda en que él y sus compañeros se habían atrincherado.
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