Productos, bienes y servicios ya se cotizan en dólares, pero a tasa paralela. “Esto aumenta inestabilidad y precio de divisas”, Luis Vicente León, de Datanálisis, publica Panorama.
“Solo acepto dólares”, afirma un comerciante de artículos de línea blanca en Delicias. “¿Bolívares no?”, le pregunta Marianela Urdaneta, contadora púbica. “Sí, déjame ver en cuánto está el dólar y me pagas el equivalente”, le responde el vendedor. Y así, es como se mueve el nuevo mercado venezolano.
En un contexto de hiperinflación y devaluación, el valor del bolívar va quedando desplazado por el de las divisas en el mercado paralelo, cuya cotización, en el último mes, experimentó un alza de 150%.
En redes sociales y de boca a boca circulan los nuevos precios expresados en la moneda estadounidense, con esta práctica, se extiende un rechazo al dinero de curso legal en el país. “Estuve buscando durante una semana una nevera y encontré una oferta pero tenía que comprarla de una vez porque al día siguiente podía subir el dólar y perdía la oportunidad”, narró Urdaneta.
Sabrina García, comerciante de cosméticos, aseguró que desde hace más de un año dejó de ofrecer su mercancía en bolívares, pues “no le era rentable”. “El dólar adquiere más valor y me ayuda más en los gastos de la casa”, afirmó.
Desde lo más sencillo, como alimentos y productos de higiene, hasta casas y automóviles son transados de esta forma. El fenómeno también tiene su auge gracias al envío de remesas de familiares en el exterior, las cuales llegan principalmente mediante transferencias bancarias en bolívares y a tasa paralela, y no a través de las casas de cambio a precio Dicom (Bs. 3.450).
El profesor de Política Económica de la Universidad del Zulia, Gustavo Machado, recalcó que este comportamiento es habitual en economías con altos índices de inflación.
“En el caso venezolano, la moneda ha perdido la capacidad de cumplir las funciones básicas del dinero: medio de pago, unidad de cuenta y reserva de valor. Aquí desde hace mucho tiempo la gente no busca preservar su dinero en forma de bolívares”, explicó.
Mientras que el analista Andrés Santelíz, de la Universidad Central de Venezuela, expuso que este fenómeno constituye un “sistema de preservación de valor que las personas aprenden por las experiencias y expectativas con respecto al futuro”. “La gente no quiere la moneda local porque sabe que se devaluará”, apuntó.
“Si alguien tiene un activo que se esté desvalorizando en términos de bolívares, buscará sustituirlo por otro bien o moneda cuyo valor no se destruya”, argumentó Santeliz.
Luis Vicente León, presidente de Datanálisis, aclaró que en el país se ha instalado un proceso de “dualización económica”, por lo que una parte de los bienes y servicios se anclan en términos de dólares.
“En Venezuela está ocurriendo una dolarización ‘de facto’, pero es una operación ilegal”, recalcó, un fenómeno en el que están de acuerdo los expertos consultados.
León expuso que el problema con este tipo de sistemas es que amplifican “la inestabilidad, riesgos y alza” del dólar paralelo. A esto se le agrega la mayor demanda de divisas ante la ausencia de un mecanismo oficial que las otorgue.
Su impacto se refleja en los precios de los productos, bienes y servicios, los cuales se mantienen en constante aumento y diluye aún más los ingresos.
“Los empresarios tienen que traer su mercancía con sus dólares y para reponerlos deben recurrir a un mercado informal”, señaló el economista.
En este punto difiere Santeliz, quien sostuvo que estos momentos ocurre un repunte de la oferta, y no de la demanda, de divisas pues los venezolanos “agotaron sus fuentes de moneda local, como aguinaldos, bonos y salarios”. “Lo que hoy está marcando la cotización son las expectativas de lo que sucederá en el futuro”, subrayó.
Machado propuso que el Gobierno detenga la emisión de bolívares por el Banco Central de Venezuela para financiar el gasto público, ir a un proceso de estabilización de la economía (medidas para evitar elevadas fluctuaciones en el tipo de cambio) y aumentar la entrega de dólares. “Si no se toman medidas, el bolívar puede quedar totalmente desplazado”, advirtió.
En el tapete, igualmente, queda un tema controversial: avanzar o no a una dolarización de la economía venezolana. “El problema no es la dolarización, sino que si tienes un Gobierno irresponsable, puedes tener la dolarización pero el impacto de pérdida de valor está allí”, concluyó León.