En varias oportunidades se ha hablado de los nexos de los personeros del Gobierno bolivariano con rituales esotéricos. Desde el gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, se decía que realizaba ritos de santería, los cultos esotéricos, la brujería, la masonería y todo el universo de lo mágico-religioso con que envolvió, no sólo a su figura, sino también a la política y a su propio gobierno.
Por: Vanessa Rodríguez / LaPatilla.com
En un libro escrito por el periodista hispanovenezolano, David Place, se muestra una amplia investigación periodística sobre esta estrecha relación entre Chávez, su gente, su entorno, su gobierno con este tipo de ritos.
Más allá de los detalles del culto santero que se practicaba en el alto gobierno, el autor del libro infiere que podía tratarse de una “política de estado”. Funcionarios son estimulados a viajar a Cuba para “hacerse el santo” y militares de rango medio y alto también se unen al festín sincrético.
Por lo que tampoco es de extrañarse o parecer raro que estos actos de veneración hayan llegado al venezolano de a pies. A tal punto que, en los diferentes cambios de los conos monetarios se han rumorado de “extraños” símbolos que aparecen en los billetes. Los venezolanos han apuntado a la presencia de símbolos e imágenes relacionados con la santería, religión afroamericana fundamentada en las creencias Yoruba y elementos del catolicismo.
Por lo que no es raro que la nueva criptomoneda lanzada por el Gobierno, Petro, tenga algún tipo de implicación “del más allá”. Y es que, en la cultura vudú “Petro” es generalmente la más ardiente, agresiva y belicosa de la familia de “Loas” (espíritus del vudú)
Indagando un poco sobre esta familia, se conoció que, casualmente, el color que los representa es el rojo, que simboliza la violencia, la rabia, la sangre, el fuego y el dolor.
Los ritos del Petro son una parte integral de la ceremonia de iniciación. Son venerados con ofrendas específicas que van desde alimentos, vidrio, bebidas alcohólicas, hasta derramamiento de sangre de animales y humanos. Todo esto con la finalidad de alcanzar, por medio de la magia negra, el deseo de quien presenta la ofrenda.
Estos son invocados cuando se quiere poder y dinero, al igual que se invocan para muerte, enfermedades dolorosas, venganza o maldición sobre alguien. Del mismo modo, se dice que tienen el poder de convertir a las personas en zombies.