¿Todo bien? Esta mujer afirma que se quedó dormida y al despertar tenía acento británico

¿Todo bien? Esta mujer afirma que se quedó dormida y al despertar tenía acento británico

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El acento de Michelle Myers es bastante normal pero, claro, no sería nada raro porque ella nunca ha salido del país.

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Esta mujer de Arizona dice que se fue a la cama con fuertes dolores de cabeza y cuando se despertó tenía un acento extranjero.

Los acentos australianos e irlandeses fluyeron inexplicablemente de su boca durante aproximadamente dos semanas y luego desaparecieron.

Pero su acento británico se ha prolongado durante dos años, según dijo la mujer de Arizona de 45 años a la afiliada de la ABC, KNXV.

Y una persona en particular parece venir a la mente de la gente cuando ella habla. “Todo el mundo solo ve o escucha a Mary Poppins”, comentó Myers a la estación de televisión.

La mujer dice que ha sido diagnosticada con el síndrome de acento extranjero (FAS por sus siglas en inglés). El trastorno generalmente ocurre después de accidentes cerebrovasculares o lesiones cerebrales traumáticas que dañan el centro del lenguaje del cerebro de una persona, en la medida en que suena como si tuviese un acento extranjero, según explica el Centro de Trastornos de la Comunicación de la Universidad de Texas, en Dallas.

En algunos casos, los hablantes deforman el ritmo típico de su lenguaje y ciertas sílabas de las palabras. Las personas afectadas también pueden recortar artículos como “el” y comerse letras.

Sheila Blumstein, una lingüista de Brown University, que ha escrito extensamente sobre el FAS, subraya que los pacientes normalmente producen un lenguaje gramaticalmente correcto, a diferencia de muchas víctimas de accidentes cerebrovasculares. En ese sentido, contó a The Washington Post la historia de una mujer de Virginia que, en 2010, se cayó por una escalera, se dañó el cerebro y se despertó hablando con un acento ruso.

La lesión hizo que su cerebro truncara las pronunciaciones de “esto” y “eso” y acabó sonando con un acento extranjero.

La condición se documentó por primera vez en 1907, cuando el neurólogo francés Pierre Marie encuestó a un parisino que sufrió un derrame cerebral y, de repente, habló con acento alsaciano, aunque no era de la región fronteriza entre Alemania y Francia (donde se habla ese idioma).

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