Está ocurriendo algo verdaderamente alarmante, cosa que en el dramático escenario que vive hoy el país, donde lo extraordinario se ha convertido en rutina y el surrealismo en que nos ha sumido este desgraciado gobierno, hace que poco o nada nos sorprenda. Lo que acontece y nos llena de asombro es que hay una caída abismal en la producción petrolera nacional. Uno puede entender los apagones eléctricos, porque al fin y al cabo, un régimen al que no le importa matar de hambre a su pueblo, que niega el crucial abastecimiento de medicinas y que entrega el país a mafias y bandas armadas, le importe un pito el suministro eléctrico de las ciudades y pueblos ya que ello no le genera ingresos para comprar adhesiones y asegurar su permanencia en el poder. Pero que permita una caída en la producción petrolera tan pronunciada, erosionando el 96% de las divisas que maneja a su antojo, es una muestra palmaria de su torpeza, incapacidad, mediocridad y brutalidad. Si las cosas siguen con esta dinámica tan violenta en la caída, prácticamente el embargo petrolero que se avizora por parte de Trump, Pompeo y demás halcones, ya no será necesario.
El Gobierno acaba de confesar, obligado por las circunstancias que durante el pasado mes de febrero de 2018, se registró una caída de 183.000 barriles diarios de la producción petrolera. Por otra parte, el bajón petrolero ocurrido entre noviembre y diciembre de 2017, fue de 11%. Durante todo el año pasado la producción disminuyó imparable 29%; en efecto, en diciembre de 2016 la producción fue de 2,27 MM B/D, pero en diciembre del año pasado se situó en 1,6 MM, la mayor caída en la producción petrolera (670.000 B/D) de las últimas tres décadas, según la OPEP.
El nivel de producción de 2017 está muy por debajo del logrado en 2012 (2,8 MM B/D), pero éste se encuentra muy distante de los 3,4 MM de B/D que se producían en 1998, año del ascenso del chavismo al poder. Las metas de largo plazo que Pdvsa había formulado con base en una cuidadosa planificación, planteaban la producción de 6 MM de B/D para 2006. Si lo anterior es una tragedia mayúscula para el país, agreguemos a eso que las exportaciones de esta exigua cantidad de barriles que van a USA, cliente que nos paga en efectivo y en el plazo acordado, se han reducido a la mitad: apenas enviamos poco más de 400 M barriles, cuando en el 98 exportábamos a ese país 1,8 MM. Los recortes de producción que está haciendo la OPEP ya no se cumplen, porque Venezuela les ahorra a los demás miembros la reducción. Imaginemos la ruina que ha sido para la nación este remedo de gobierno.
Hay que comentar que las empresas mixtas producen más que Pdvsa; esto es que la Faja Petrolífera del Orinoco, generan más petróleo que el resto del país. Se estima que ellas deben estar produciendo cerca de 900.000 barriles diarios. Esto se debe a la eficiencia de las compañías extranjeras y a la ineficiencia de la estatal petrolera. Ello obedeció a que desde hace pocos años el chavismo entendió que debía flexibilizar las férreas condiciones que ahogaban a las empresas de la faja y también a Chevrón. Entonces se les permitió a los socios manejar fondos rotativos en dólares para gestionar sus operaciones, se les otorgaron condiciones de facilidad y agilidad administrativa para la importación proveniente de sus países, se les flexibilizó las condiciones de contratación de personal y de gerencia, etc.
Pero, y esto en mucho explica la debacle, en el último año el gobierno desesperado por dinero volvió a meterles las manos en los bolsillos a las empresas mixtas, en tanto que la corrupción, la delincuencia, el robo de equipos en los campos y la pésima gerencia de Pdvsa han hecho el milagro de acabar con lo poco que quedaba de la que fuera la mejor estatal petrolera del mundo.