Ante la crisis económica que atraviesa el país y el alto costo de artículos básicos, en Maturín han optado por reparar los zapatos con pegas o costura, porque su presupuesto no les alcanza para comprar unos nuevos, reseña el diario La Verdad de Monagas.
Sin embargo, recuperar los calzados en los puestos ambulantes, también se ha convertido en lujo, ya que el mínimo trabajo cuesta 100 mil bolívares en efectivo y más de 200 mil por punto de venta.
Los precios varían de acuerdo al modelo del zapato y a las reparaciones que amerite. Hasta hace unos meses el negocio era rentable, pero ahora debido a la escasez de dinero en efectivo son poco los usuarios que acuden a estos establecimientos.
Los puestos lucen solitarios. Lo que ha generado que muchos zapateros abandonen el oficio y opten por realizar otras labores que les generen mayores ingresos.
Asimismo, las ventas de trenzas, pega de zapatos y cremas para pulirlos, también están en picada porque por puntos se duplica el costo real de los artículos y los usuarios no pueden adquirirlos.